Políticas

14/6/2007|996

A un mes de la trágica muerte de nuestros hijos y amigos

Carta de Nahuel López

Familiares, amigos y vecinos de los trabajadores víctimas de la tragedia de Aerosoles Argentina

El 9 de junio se cumple un mes del incendio que se llevó la vida de 7 jóvenes trabajadores de Virrey del Pino, además de que siguen dos trabajadores en grave estado de salud, en la fábrica de Aerosoles Argentina. Los empresarios dueños del establecimiento, como otros tantos dueños de empresas en las que trabajan otros miles de jóvenes, son los responsables de haber lucrado con la seguridad de quienes trabajan para ellos. Multiplican sus ganancias restando la seguridad de quienes se ven obligados a trabajar en donde sea, presionan para que los chicos acepten jornadas laborales extenuantes que bajan su rendimiento y multiplican los riesgos.


Eso implicaba que cada tanto alguno de nuestros hijos y amigos sufriera quemaduras u otros accidentes. Y ni con esos elementos a la vista los patrones se dignaron a mejorar la seguridad.


Se supone que a la avaricia de los patrones le tiene que poner límites la acción estatal; que siendo una fábrica que maneja productos peligrosos, la Municipalidad y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires debieron controlar que se cumplierann las necesarias condiciones de seguridad. Pero también, como en tantas otras empresas de la zona, las evidentes condiciones de inseguridad no son penalizadas, ni obligadas a cambiar por las autoridades. Hay una clara complicidad de los responsables estatales con estos empresarios y el lucro que hacen con la seguridad de nuestros hijos, vecinos y amigos, y con muchos de nosotros mismos.


Queremos justicia. Y queremos terminar con todo esto. Por eso este sábado hacemos este acto recordatorio. Para que nos escuchen que queremos que los empresarios sin escrúpulos para enriquecerse y los funcionarios que se los permitan paguen por este crimen.


Y también queremos que se termine con estas injusticias. Queremos trabajo para nuestros hijos e hijas, hermanos, amigos y vecinos, pero no a costa de su salud y, como en este caso, hasta de su vida. Por eso también llamamos para que se escuche nuestra demanda de trabajo seguro para todos.