Foto: Charo

 

Con más de doscientos delegados de todos los distritos del Gran Buenos Aires y más de treinta distritos del interior, se realizó el Congreso del Partido Obrero de la provincia. Los delegados evaluaron la situación política en el distrito, la marcha de las luchas y nuestra política.

 

El actual cogobierno del PRO con el Frente Renovador, y también el PJ, se encuentra atravesado por múltiples contradicciones. María Eugenia Vidal ha intentado garantizar el ajuste anudando acuerdos con todos los intendentes, para evitar una rebelión popular contra el tarifazo y el aumento incesante del costo de vida. Para esto, también echó mano a las “organizaciones sociales”, incluso aquellas ligadas al kirchnerismo, que reparten bolsones de mercadería y son beneficiadas por planes sociales. Los pactos en la Legislatura bonaerense han incluido un presupuesto de endeudamiento y un paquete de leyes de “emergencia” que intentan facilitar despidos y ajustes en todos los ámbitos del Estado. Todo el arco político patronal se encuentra comprometido en descargar la crisis sobre los trabajadores.

 

El congreso analizó las potencialidades políticas que esto tiene para la izquierda, al calor de la oposición popular a los ajustes. Resolvimos una fuerte campaña con un manifiesto político, actos en las puertas de las empresas de servicios y en los principales centros políticos de la provincia. En este punto, el congreso también discutió sobre las maniobras del kirchnerismo para judicializar el aumento de las tarifas, entendiendo que culminarán en un aval general de esos aumentos por parte de la Justicia. La propia jueza que rechaza los aumentos en La Matanza se declara incompetente, para dar paso a que otras instancias judiciales den el visto bueno a los aumentos.

 

En contraposición a los bloques gobernantes, se han desarrollado luchas y reclamos que empiezan a mostrar la disposición de lucha de diferentes sectores frente al ajuste. Es el caso de las “marchas de las frazadas” en Tandil, Mar del Plata o Azul contra el tarifazo, el triunfo de los jóvenes de Olavarría que impusieron el boleto estudiantil frente al veto de la intendencia o la lucha de los trabajadores de la salud y judiciales de la provincia, que conquistaron aumentos sobre la base de largas luchas.

 

El congreso también analizó las luchas de la juventud y las tareas para la próxima etapa. En la agenda, está la lucha por el boleto gratuito y la pelea por la recuperación de los principales centros de estudiantes de las universidades, terciarios y secundarios. Un capítulo especial es el de la lucha política con las tendencias kirchneristas, que han hecho de los centros de estudiantes oficinas de los decanatos y funcionarios estatales. También se realizó un importante debate sobre la lucha de la mujer trabajadora, resolviendo iniciativas de lucha y clarificación respecto de las diferentes corrientes que surcan a este movimiento.

 

La presencia masiva de delegados provenientes del movimiento obrero fue, sin duda, el dato sobresaliente del congreso. Estuvieron compañeras y compañeros de las principales luchas y conglomerados obreros de toda la provincia. Allí se discutió la campaña contra los despidos, por las paritarias y en rechazo al fallo antihuelgas de la Corte Suprema junto con la campaña hacia la Conferencia Nacional de la Coordinadora Sindical Clasista.

 

El congreso ha servido para armarnos de nuevas conclusiones políticas, para enfrentar el ajuste de Vidal y los intendentes, y redoblar las campañas políticas en toda la provincia por una alternativa política de los trabajadores y la izquierda.