Abajo el impuesto al salario

Que se reabran las paritarias

La CGT fue por lana y los trabajadores salimos esquilados. La cuarta categoría del impuesto a las ganancias reboza de buena salud, la tablita de Machinea quedó enteramente en pie y la “actualización” del 20 por ciento del mínimo no imponible a 4.015 pesos está por debajo de la inflación, entran además los importes no remunerativos que no cuentan para extras, aguinaldos, base de premios y otros rubros, pero cuentan para ganancias porque son en blanco, es decir declarados por recibo. Las devoluciones que corresponden desde enero hasta ahora, para un impuesto cuyo balance final se calcula anualmente, no se harán automáticamente como marca la ley, sino en los primeros meses del año que viene (La Nación, 30/8).

El mantenimiento de la “tablita” de Machinea generó una crisis con la propia burocracia de Moyano. Ahora mismo, en los mínimos de solteros y casados, el nivel en ganancias impacta a los compañeros de distintas empresas gráficas, mecánicas y hasta las escalas más altas de un docente universitario. A partir de los siete mil pesos el impuesto da un salto expropiatorio, tema que saltará en toda la Patagonia donde la canasta familiar llega a más del doble que en la Capital.

Por otro lado, los autónomos -muchos de los cuales son asalariados encubiertos del Estado y del capital privado-, tienen que tributar ganancias desde un mínimo de 1.500 pesos, es decir a partir de la línea de pobreza.

En resumen, el paquete del disimulo para no reabrir las paritarias (salario mínimo, impuesto a las ganancias, asignaciones familiares) se está transformando en un zarpazo adicional contra los salarios.

Abajo el impuesto al salario. Triplicación de las asignaciones familiares y su cobro universal para todo trabajador en blanco o en negro. Reapertura de paritarias, salario mínimo equivalente a la canasta familiar.