Políticas

21/2/2002|742

Abajo el sabotaje de las petroleras

Las petroleras, las empresas que más han ganado en los últimos años, quieren un 40% de aumento en el precio de los combustibles.


Se pretende imponer esta suba mediante el chantaje. Por eso se paralizaron las obras en todo el sector petrolero en el Norte provincial y ahora amenazan incluso con cerrar algunos yacimientos.


Duhalde se propone aplicar una retención a las exportaciones de petróleo para usar esos fondos para salvar a los bancos mientras el pueblo se muere de hambre.


El Partido Obrero plantea, en cambio, que esos fondos deben ir a financiar un subsidio al desocupado y a la creación de puestos de trabajo genuino.


 


El Estado debe intervenir las empresas


Un millón de salteños y 36 millones de argentinos no podemos vivir bajo el chantaje y la expoliación de esta camarilla empresaria. La emergencia exige la intervención inmediata de las empresas, evitar la suba del combustible, reanudar las obras y la producción bajo control de los trabajadores.


Debe crearse además un tercer turno de trabajo, lo que permitiría reducir la jornada de 12 horas que actualmente trabajan los obreros petroleros a 8 horas, incorporando un 30% más de mano de obra.


El Partido Obrero defiende y apoya la causa de los trabajadores desocupados que en las rutas del Norte y en el resto del país, frente a las grandes empresas petroleras, han hecho propia una verdadera causa nacional; hay que reestatizar las empresas petroleras para poner esos recursos a generar trabajo genuino.


En este sentido respaldamos la decisión de la Asamblea Nacional Piquetera que votó concentrarse frente a las sedes de Repsol y las demás petroleras en todo el país.


En el otro extremo está la política de Romero y Kirchner, que se han convertido en lobbystas de las empresas, o Duhalde, que coloca un impuesto para salvar al gran capital al que el Estado estatizó deudas por 40 mil millones de dólares.