Políticas

8/8/2002|766

Abajo las maniobras electorales en las Asambleas Populares

“Compañeros, para dar un ejemplo: luchar contra este plan es ir a la asamblea del barrio el día que se reúna y discutir el apoyo a las fábricas ocupadas. Yo estuve en la fábrica Chilavert, y si hay compañeros aquí, quiero mandar un saludo a la Asamblea Popular de Pompeya, por el gran papel que juega en la defensa de la fábrica gráfica ocupada y por haber ayudado junto a los vecinos de Pompeya a resistir el intento de la policía de desalojar Chilavert. Significa ir a la Asamblea de San Telmo a ver cómo defendemos el planteo de que se entregue la solución que piden los 100 ó 120 vecinos del Padelai, no que sean expulsados, echados y enviados a las orillas y a la miseria por el Gobierno de la Ciudad; como ya lo está haciendo esta Asamblea, que dicho sea de paso, gracias a su apoyo hemos obtenido una victoria que ha sido la intervención a la cooperativa patronal, trucha y saqueadora de la Villa 21-24, que es un viejo objetivo del PO, de los habitantes de la villa y de todo el movimiento popular de la zona de Barracas. Es decir, que si uno es del PO va a la Asamblea Popular a discutir la profundización de la movilización popular. Pero si uno cree que hay que meterse en las elecciones tiene que ir a la Asamblea Popular y empezar a hacer una firma de candidatos, y acá ustedes tienen un ejemplo práctico de lo que es desviar una Asamblea Popular del rol revolucionario para el cual fue creada. Las Asambleas Populares, el movimiento piquetero, no deben ser base de maniobra electoral para engancharse con el plan trucho del Duhalde, con el plan contrarrevolucionario de Duhalde, con el plan del FMI. Porque el plan de Duhalde es también del FMI, porque Duhalde le dice al FMI: ‘No nos entendemos, vos querés bonos compulsivos y yo no; vos querés que se frenen los amparos, yo no consigo que la Corte Suprema pare los amparos; pero por lo menos te doy elecciones; entonces, como vos tenés mucha guita – le dice Duhalde al Tesoro de EE.UU. – podés meter toda la guita en el candidato que vos quieras y si gana las elecciones, la Argentina es tuya’. Es decir que el plan electoral, el plan político de Duhalde, es también para el imperialismo, fundamentalmente para él.


“Nosotros no podemos convertir a las Asambleas Populares ni al movimiento piquetero en la base de maniobras al ingreso en este plan electoral. Si hubiera que ir en el futuro a alguna elección, porque no hemos obtenido la victoria más rápidamente, lo discutiremos en su momento. Apresurarse a entrar en este plan político es votar por la defensa y por el apoyo a este plan político. Es mucho peor esto si se hace con la hipocresía de decir: ‘Yo defiendo la democracia directa, a mí me gusta escuchar a la gente, yo aprendo del pueblo’, y a la primera que puede se mete como candidato privilegiado en una campaña electoral. Nosotros vamos a defender a muerte la perspectiva de la rebelión popular, porque no hay nada en el conjunto del análisis que hemos hecho que nos diga que por un período relativamente largo o corto, esta rebelión popular se hubiera agotado y no hubiera más remedio que ir a una batalla electoral trucha. No es cierto: lo prueba Uruguay, lo prueba Brasil, lo prueban los telefónicos, los compañeros del Subte, UTA, el Padelai, las Asambleas Populares, las fábricas gestionadas. Nosotros, el PO, vamos a defender las conquistas de nuestro movimiento obrero en esta coyuntura histórica.


“No es casual, compañeros, que con motivo de las movilizaciones que se hicieron en torno al 9 de julio, el gran debate en muchas asambleas, en muchos sectores, haya sido si Argentinazo sí o no; no es ninguna casualidad. Argentinazo no: las elecciones truchas de Duhalde. Argentinazo sí: abajo las elecciones truchas de Duhalde. ¿Y qué votaron las asambleas por mayoría? Argentinazo. ¿Con qué cartel fueron al frente en las movilizaciones cercanas al 9 de julio? Con un largo cartel – un caso único en la historia de las manifestaciones argentinas, donde los carteles tienen una o dos consignas – con ocho consignas. ¿Por qué? Porque las Asambleas Populares querían dejar en claro cuáles eran las ocho demandas de ellas y la que terminaba – la última – era la del Argentinazo, por la cantidad de veces que algunos partidos violaban las resoluciones de las Asambleas Populares y hacían aparecer otras consignas que no eran esas.


“Miren la conciencia de una Asamblea Popular que tiene que pelear el planteo del Argentinazo en un cartel a la hora de llevarlo al frente; eso ya revela profesionalismo político, conciencia desarrollada, revela un alto grado de desenvolvimiento político.”