Políticas

11/7/1995|455

“Acuerdo de crisis” en Rio Negro, un “modelo’ para Córdoba

El “acuerdo de crisis” que acaba de firmar la burocracia del Frente de Estatales Rionegrinos con el gobernador Massaccesi es el modelo que menemistas y radicales pretenden imponer en todos las provincias que se encuentran en cesación de pagos.


El acuerdo establece un cronograma para los próximos cuatro meses, que convalida la política oficial de mantener el atraso en el pago de los salarios: octubre se pagaría recién el 17 de noviembre. El “acuerdo de crisis” no fija ninguna fecha para el pago de las jubilaciones atrasadas; apenas establece que mayo se pagará el 21 de julio, ¡con dos meses de atraso! De ahí para adelante, la burocracia ha abandonado a los jubilados a su suerte. Tampoco se establece la fecha de pago del aguinaldo, “que es una incógnita en Río Negro” (Diario de Río Negro, 30/6). La burocracia, incluso, acepta el despido de los 4500 contratados provinciales, ya que el acuerdo establece, apenas, la suspensión de los despidos por un mes. El despido de los contratados tendrá el efecto de una bomba atómica sobre la educación y la salud públicas.


En “retribución” al “cronograma”, la burocracia de los gremios estatales se compromete a no realizar huelgas ni retenciones de servicios durante los próximos cuatro meses y, sobre todo, “a no avalar medidas de protesta ‘inorgánicas’ de aquellos trabajadores que puedan no estar conformes con el ‘acuerdo de crisis’” (Ídem, 30/6).  Este acuerdo policial contra el movimiento obrero fue firmado incluso por los “combativos” del CTA (Ate y docentes).


La traición de la burocracia fue la señal para una nueva andanada de ataques. Al día siguiente de la firma del “acuerdo de crisis”, Massaccesi anunció un decreto de “ajuste hospitalario” que recorta los servicios en todos los niveles, del personal y de las guardias (a la mitad), achica el gasto en insumos y elimina del 80% de las horas extras de enfermería (ídem, 1/7). Ya antes de este decreto, la situación en los hospitales era de un “colapso total” (ídem, 25/6) como consecuencia de la falta de pago al personal y de la falta de todo tipo de insumos. Al mismo tiempo se conocía la decisión oficial de sacarse de encima a los porteros de escuela … que cobran apenas 220 pesos por mes.


No es, sin embargo, Massaccesi quien ha impuesto su “solución” sino Cavallo, es decir el gran capital financiero. En el mismo momento en que los burócratas menemistas y del CTA firmaban el “acuerdo de crisis”, el Banco Mundial y el BID aceptaban el plan de privatización del banco provincial presentado por el gobierno. La burocracia sindical no ha dicho una palabra sobre la privatización del banco.


Massaccesi se propone vender el 59% de las acciones del banco … apenas tres meses después del plebiscito contra las privatizaciones que impulsó durante la campaña electoral. Apenas aceptado el plan de privatización, Río Negro recibió una “ayuda” (que luego deberá devolver) de 27 millones de pesos … los cuales nunca llegarán a la provincia, porque están embargados por las deudas del banco provincial con el sistema financiero. Antes de la entrega a manos privadas, el gobierno rionegrino se ha comprometido a despedir al 25% del personal del banco. A todo esto hay que agregarle la privatización de la empresa provincial de energía (ERSE), que acaba de aprobar la Legislatura.


La traición de la burocracia de Río Negro importa también, porque se lo ha presentado como un “modelo” de “salida” para la crisis cordobesa.


El “acuerdo de crisis”, sin embargo, “está atado con pinzas” (ídem, 1/7). Nada asegura que el gobierno pueda cumplirlo: espera conseguir  —en el mejor de los casos— apenas 10 millones de dólares con la entrega del banco (ídem, 28/6), una cifra a todas luces insuficiente frente a los salarios atrasados, el derrumbe de la educación y la salud públicas y las necesidades de la provincia, golpeada brutalmente por la recesión y la desocupación. “Si el ‘acuerdo de crisis’ no se cumple –advierte en una editorial el Diario de Río Negro (2/7)– ni el gobierno ni los gremios podrán sostener el descontento social”. Pero no es necesario esperar por lo que inevitablemente va a ocurrir: asambleas en todos lados para repudiar la traición de la burocracia y para discutir la continuidad de la movilización por el pago en fecha de los sueldos y las jubilaciones, contra la destrucción de la salud y la educación públicas y contra la entrega de la provincia a los usureros internacionales.