Políticas

30/5/1995|449

Afiliados a AFJP pierden sus jubilaciones

La mora o atraso en el pago de los aportes jubilatorios a la “jubi­lación privada” es del 44%. Se­gún los datos oficiales, sobre 3.600.000 afiliados, aportan re­gularmente a las AFJP unas 2.000.000 de personas. En la ju­bilación estatal la mora es menor, del 26%: aportan 2.200.000 so­bre 2.900.000 afiliados.


“De los datos oficiales surge que los morosos no son solo los autónomos sino también los trabajadores en relación de de­pendencia” (Clarín, 21/5/95). Pero como es la patronal la que descuenta compulsivamente el aporte del salario de sus trabaja­dores, surge que “muchas em­presas que retuvieron las con­tribuciones del personal, no las depositaron. ¿Razones? Difi­cultades de caja, sumadas al escaso y caro crédito bancario, los llevó a usar el dinero de los aportes para el giro de los nego­cios” (Clarín, ídem). En síntesis, las patronales usaron para sí el aporte de los trabajadores.


La consecuencia de esta eva­sión es que, a diferencia del siste­ma estatal el aporte no ingresa en la cuenta del trabajador afiliado a la AFJP, por lo cual tendrá menos dinero cuando llegue el momento de su jubilación. En síntesis, se jubilará con un haber inferior al ya magro importe que podría recibir. (En la jubilación estatal eso no es así porque lo que se toma en cuen­ta no son los aportes sino los ser­vicios certificados con los recibos de sueldos o declaración jurada de la patronal).


El trabajador no puede denun­ciar judicialmente a la patronal ante la DGI por no haber deposita­do los aportes, porque antes de iniciarla el trabajador sería despe­dido perdiendo, ya no la jubila­ción, sino el sueldo.


Ni qué decir en el caso de que quiebre la empresa que evadió los aportes de sus trabajadores. Ni siquiera por la vía judicial los trabajadores podrán recuperar esos aportes, perdiendo prácticamente la jubilación.


La “jubilación privada” es un robo múltiple, compartido en­tre las AFJP y las patronales. Las primeras se quedan con una parte del aporte (35% de comisión), además de la que sustraen para sí por el manejo financiero del dine­ro obrero durante 30 o 40 años. Las segundas, le descuentan el 11% del sueldo al trabajador y pueden evadirlo, sabiendo que el robo quedará impune.


De este modo, por la vía de la llamada mora previsional, hoy el 44 % de los afiliados a la “jubila­ción privada” tiene una cobertu­ra jubilatoria inferior a la propia miseria que le correspondería o directamente la pierde. La priva­tización previsional concluye así en la liquidación directa de la ju­bilación.