Políticas

27/12/2001|735

Ahora le toca a Sobisch

Bajo el pánico que produce ver “las barbas del vecino en remojo”, el régimen político neuquino, las cámaras patronales y las iglesias se autoconvocaron de urgencia el 20 por la tarde, en el marco de la caída del gobierno de De la Rúa y de la sublevación popular nacional, la huelga de estatales neuquinos y la toma de comestibles en los supermercados por miles y miles de trabajadores que marcharon desde las barriadas más pobres y los asentamientos.


Semejante cónclave del conjunto de la dirigencia oficial y “opositora” parió un verdadero fiasco: “hacer un apoyo alimentario” y “una política social con letra grande”, según expresiones del propio gobernador. Una “política de contención”, según el presidente de la bancada de la Alianza, o el “no hay respuestas para los inorgánicos”, según el fascistoide intendente Quiroga y su jefe de Gabinete, Oscar Massei, que exigen personería jurídica a los desocupados que reclaman.


Eso es todo lo que pueden ofrecer como respuesta a la crisis, porque precisamente “política social” es lo que ha hecho el gobierno los últimos dos años, es decir, el reparto, a través de sus punteros, de bolsones de comida, colchones y chapas, como si eso pudiera dar respuesta a los pavorosos índices de desocupación en una provincia con recursos hidrocarburíferos, con fábricas de centenares de trabajadores que hacen lock-out (Zanón) y con jóvenes parejas que toman terrenos masivamente en todas las ciudades provinciales.


Como De la Rúa, Sobisch tampoco tiene una respuesta.


Como De la Rúa, Sobisch debe ser volteado. Para eso es necesario una dirección, un comité de huelga provincial, que no permita que el esfuerzo del pueblo sea confiscado por las fracciones políticas patronales rivales.


El sábado 22 Adunc (el gremio docente de la UNC) convoca a una reunión a todas las organizaciones sindicales, políticas y populares. Allí se debe debatir y decidir la puesta en pie de este Comité de Huelga convocando a Asambleas Populares en todos lados para reemplazar a los gobiernos impotentes de la provincia y los municipios.