Ahorro nacional: dos orientaciones enfrentadas


Lo trascendido, en torno del HSBC, es apenas una fracción menor del dinero fugado del país, que algunos estiman, en 400.000 millones de dólares.


Se abunda sobre las cuentas secretas, pero no se ha revelado es en qué está invertido ese dinero. Los bancos administran las carteras de sus clientes y eso incluye un menú variado. Si se abrieran las cuentas, se podría verificar cuántos de esos fondos están invertidos en títulos argentinos. Distintos analistas han coincidido en señalar que 60 por ciento de los bonos, tanto los que entraron en el canje como los que han quedado fuera, están en manos de inversores locales. La burguesía nacional ha transformado la fuga de capitales en una acreencia contra el país. Por eso, sus voceros vienen presionando por un arreglo con los buitres.


 


Pero los K vienen pagando la deuda, cuando el episodio del HSBC es un evidencia de su carácter fraudulento y sería causal suficiente para suspender los pagos e iniciar una investigación. El propio dinero fugado es el que se reinvierte luego en bonos, alimentando un circuito especulativo y parasitario, que se transforma en una hipoteca ilevantable para el país. Este mecanismo se extiende a la deuda privada, que asciende a unos 70.000 millones dólares y una parte considerable de la cual son autopréstamos. En lugar de traer recursos propios, las empresas piden un crédito, que tienen como garantía sus fondos depositados en el exterior. Obviamente, permanece oculto el origen real de los fondos, pero además sirve para inflar el costo financiero y reducir el pago de impuestos.


 


La revelación de las cuentas secretas de argentinos en Suiza termina de tirar abajo la cantinela de que el país padece una ‘crisis de financiamiento'. De lo que se trata es de poner fin a esta sangría y colocar el ahorro nacional al servicio de un plan económico que apunte a la industrialización del país y la satisfacción de de las necesidades sociales. Esto plantea la estatización de la banca y el control por parte de los trabajadores sobre los eslabones principales de la actividad económica. Sólo un gobierno de trabajadores será capaz de llevar adelante esta tarea.