Políticas

7/10/2004|871

Al XIX Encuentro de la Mujer

Este fin de semana miles de mujeres se reunirán en el XIX Encuentro de Mujeres de Mendoza.


La presencia masiva de luchadoras en el Encuentro refleja el sostenido pro­tagonismo de las mujeres en el proceso abierto con el Argentinazo.


Las piqueteras que han cortado to­das las rutas del país en lucha contra el hambre y la desocupación; las que arrancaron trabajo genuino a las em­presas petroleras de Caleta 01ivia;las docentes y estatales en lucha sala­rial; las que se organizan contra la in­seguridad y el gatillo fácil; las que lu­chan por la vivienda; las jóvenes de las barriadas; las estudiantes que han salido a la calle para defender el presupuesto educativo, estarán pre­sentes. Esto a pesar de los costos altísimos del pasaje, y a pesar de que hasta último momento estaba en du­da el alojamiento de las compañeras por el descarado sabotaje de la Go­bernación -que acusó recibo de la pre­sión clerical y retaceó las escuelas pú­blicas para evitar que Mendoza se lle­nara de luchadoras.


Hoy nos enfrentamos a un gobierno que se presentó como nacional y po­pular pero que ha pagado 8.000 millones de dólares al FMI y se prepara para pagar 20.000 millones de pesos en 2005. Un gobierno que destina uno k cada cuatro pesos de los recursos nacionales a pagar la deuda, mientras la mitad de la población está bajo la lí­nea de la pobreza, mientras hay 4 mi­llones de desocupados y cuando catás­trofes como la de Carmen de Patago­nes revelan un agudo proceso de diso­lución social extremo.


Nos enfrentamos a un gobierno que se presenta como progresista pe­ro que cerró filas con el clero y el Va­ticano para mantener la prohibición del aborto y el monopolio clerical de la educación.


El pacto Kirchner-FMI-clero ex­presa un agravamiento general de las condiciones de miseria de la pobla­ción, un ataque a las libertades de­mocráticas y un avasallamiento a los derechos de las mujeres.


En este cuadro, Kirchner no podría tolerar que diez mil mujeres nos reu­namos con real libertad en un En­cuentro que recoge las más importan­tes experiencias de lucha. Necesita re­gimentarlo, y ha utilizado los recursos del Estado para entregar a las orga­nizaciones cooptadas por el gobierno 2.000 pasajes gratuitos. De los muni­cipios se han fletado micros con el mis­mo propósito.


La FTV, la CTA, Barrios de Pie sostienen sin avergonzarse que Kirchner comenzó a cumplir las demandas que el pueblo planteó en el Argentinazo, que se enfrenta al im­perialismo y que defiende los derechos humanos. Eso, mientras hay de­cenas de presas y presos políticos en­carcelados por luchar contra el ham­bre y por trabajo, mientras avanza la legislación represiva en todos los có­digos de faltas y en la Capital Fede­ral.


Por su parte, la Iglesia ha monta­do cadenas de oración y entrenado a sus cuadros para que lleven a los ta­lleres la voz del Vaticano. O sea, pa­ra predicar que las mujeres debemos abandonar la lucha política y reivindicativa y volver al hogar. Responsa­bilizan a la mujer luchadora por la destrucción de las familias, es decir, a aquellas que han salido a pelear contra el hambre y la desnutrición formando comedores y merenderos de una punta a la otra del país. A las mujeres que han salido a enfrentar a las policías del gatillo fácil. Que han denunciado los crímenes de los hijos del poder, como en Santiago del Es­tero.


Las luchadoras, en primer lugar las nucleadas en el Plenario de Mujeres Trabajado­ras, tendrán la responsabili­dad de defender una vez más la autonomía del Encuentro contra los intentos del gobierno y de la Iglesia de con­vertirlo en una farsa oficia­lista. Actuar de voceras de las compañeras que el gobierno mantiene presas. La causa de la libertad de todos los presos políticos y el desprocesa­miento de todos los luchado­res debe ser el gran centro del Encuentro, e impulsar una vigorosa campaña para lo­grar ese objetivo.


El Plenario de Mujeres Trabajadoras llega a Mendo­za después de meses de tra­bajo preparatorio, que se ha expresado en preencuentros regionales -en Capital, Gran Buenos Aires, Pehuajó, Cuyo, Neuquén y Río Ne­gro, el NOA, Córdoba, Santa Fe- en los que participaron más de un millar de compa­ñeras del movimiento sindi­cal, de la juventud, de las asambleas del Polo, de los barrios… Hubo cientos de charlas y debates en todo el país, y cientos de actividades para costear los pasajes. Es­tamos desarrollando una organización revolucionaria de la mujer trabajadora que, como tal, constituye un objetivo estratégico.


Los reclamos sociales, de género, políticos y morales de la mujer deben encontrar expresión en un programa de acción. Las piqueteras van a impulsar en los talle­res un plan de lucha y van a alentar todas las iniciativas y compromisos que permitan avanzar en esa dirección.


Rechazamos el pacto en­tre Kirchner, el FMI y el cle­ro.


Libertad a los presos po­líticos.


No al pago de la deuda y al tarifazo.


Exigimos un salario mí­nimo de 800 pesos y 360 de emergencia para los desocu­pados.


Exigimos nuestros dere­chos maternales y nuestro derecho a la anticoncepción y al aborto.


Llamamos a acabar con la violencia hacia la mujer, a ex­cluir del hogar al violento y a organizar comisiones de de­fensa de las mayores.


Denunciamos la masacre imperialista en Irak y exigi­mos el inmediato retiro de las tropas imperialistas de ese país, y de los soldados argen­tinos de Haití.