Políticas

23/12/2010|1160

Alerta de fin de año

León Trotsky denunciaba a los que “abren el paraguas en días de sol”, aunque para entonces el revolucionario ya vivía en México, donde se protegía con un sombrero panamá. Nosotros no vamos a seguir ese consejo -y no solamente porque estamos en un verano de plomo. Ocurre que toda la dinámica de la situación política señala la alta probabilidad de que los asesinos de Mariano Ferreyra sean excarcelados. En ese caso, la perspectiva del juicio y castigo de los criminales sufriría un serio retroceso -y aún más la indagatoria de Pedraza y compañía, de los empresarios de Ugofe y de la policía de la ‘zona liberada’.

La defensa jurídica de los criminales ha apelado la calificación del delito y la prisión preventiva. Si los jueces del crimen mantienen la carátula, ¿harán lo mismo con la excarcelación? En la etapa previa, la abogada del PO había recusado al juez Bruzzone por sus reconocidos lazos con la familia de Pedraza, pero no hicieron lo mismo los abogados del CELS, el organismo que ‘apadrinó’ la creación de la Secretaría de Seguridad y el nombramiento de Nilda Garré. Ocurre que Bruzzone, un garantista, es permisivo con las excarcelaciones: nadie debe estar preso sin condena, sostiene, aunque eso sea lo que ocurre con la mayoría de la población carcelaria. Mantener la calificación de homicidio calificado, mientras se dicta al mismo tiempo la excarcelación haría las delicias de cualquier garantista. La ‘seguridad’ (o sea la calificación del delito) sería salvada, junto con la ‘democracia’ (la libertad indefinida del criminal). En la audiencia de apelación, la abogada Verdú advirtió del peligro de otorgar la excarcelación a gente que procuró esconder las pruebas del crimen, luego de haber perpetrado el asesinato -un alegato fundamental, pero que no es permitido por el Código de Procedimientos. El abogado de la familia de Mariano, que pertenece al CELS, hizo el contrapunto: aprovechó las prohibiciones del Código para señalar que no se pronunciaría sobre el pedido de excarcelación. Matices de uno y de otro que no hay que perder de vista. Anticipamos que el CELS declarará la victoria si la excarcelación viene acompañada con el mantenimiento de la calificación penal del crimen. La fiscal Cristina Camaño, una admiradora ostentosa del Che, huyó de la causa de Mariano para refugiarse en una subsecretaría de Garré.

Además, claro, está el contexto político. La burocracia de los Pedraza no ha sido aplacada por la condena popular, menos todavía por el giro a la ‘seguridad democrática’ -la que reemplaza las armas, como primer recurso, por gases vomitivos y lesivos a la piel. Está haciendo festivales por “una Navidad sin presos”; lanza paros contra los pobladores de las villas. Un protector de ella, Hugo Moyano, quien tiene sus propias angustias judiciales, ha lanzado al ministro de Economía para la jefatura de gobierno de la Ciudad. Otro protector de la misma, Carlos Tomada, ministro de Trabajo, ya ha comenzado a repudiar los acuerdos que firmó con los tercerizados cuando la movilización popular por el crimen de Mariano estaba en su apogeo. Los abogados de los criminales sostuvieron en la audiencia de apelación que sus mandantes estaban cumpliendo un servicio público: liberar los espacios comunes de los que querían cortarlos u ocuparlos. Con el mismo argumento, un barrabrava de Sutecba, Capella, acaba de obtener la absolución en la causa por exhibición de armas contra los ocupantes del Indoamericano. Resumiendo: a CFK no le interesa enfrentar una guerrilla de Pedraza en un año electoral; ni siquiera quiere pelearse con Gildo Insfrán y hasta suscribió un pacto vacío con Macri para reprimir a los ocupantes de terrenos. Hagamos, si no las paces, prefiere CFK, una tregua: se mantiene la calificación con los asesinos afuera. El proceso continúa limitado a estos siete desclasados. Verbitsky explicará luego, en Página/12, la luminosidad de esta ‘estrategia’ en el crimen del “chico asesinado en Constitución”.

Aun cuando Trotsky continúe teniendo razón -porque después de todo, todavía puede haber jueces inmunes a las presiones ‘de la seguridad democrática’-, reivindicaremos este alerta, que es un llamado a emprender una lucha tenaz. La justicia para Mariano jamás será el producto exclusivo de un Poder Judicial: se concretará con la culminación de una lucha social y política gigantesca.