Alfonsín cumple, Susana dignifica

Hace ya un tiempo que se viene dando una corriente “histórico-revisionista” que trata como siempre de tergiversar la historia y los hechos. Empezó con la figura de Frondizi, tratándolo como el gran demócrata desarrollista que luchó por una Argentina industrial próspera y llena de alegría y que en la práctica poco hizo por ese proyecto desarrollista que pregonaba; no está mal recordar que estaba muy inspirado en el II Plan Quinquenal, sino más bien todo lo contrario: Alsogaray fue su ministro de Economía, las recetas económicas venían del ya famoso FMI que empieza a gravitar de manera decisiva en este país a partir de 1956 y que además implanta para 1960 el Plan Conintes, un plan de represión para la clase trabajadora que lo podía ejercitar a su antojo las fuerzas armadas, aumento constante del costo de vida, depresión de los salarios etc., etc.

Esta corriente “histórico-revisionista” encontró en estos días otro de sus próceres olvidados: “El padre de la democracia”, Raúl Alfonsín, el mismo del plan primavera, el austral y el de la casa está en orden Traidor Mentiroso que dijo “la casa está en orden” cuando sabía que no lo estaba, había transado con los milicos las leyes de obediencia debida y punto final.

Les conviene olvidar a estos revisionistas que la democracia en este país se la debemos a los pibes que fueron a Malvinas a morir por el capricho de los milicos con la complicidad del gran pueblo argentino, el mismo pueblo que festejó el Mundial 78, el mismo que celebró que se exterminara a la subversión, el mismo que votó a Bussi y hoy compra remeras del Operativo Independencia y el mismo que en silencio o en una marcha apoya a Susana Giménez a la cual le debemos agracedecer que es muy estúpida porque si quisiera podría ser presidenta de este país. Le bastó salir una vez a decir lo que dijo y causó una conmoción y una marcha a lo Blumberg, ¿se acuerdan de Blumberg? No pasó mucho tiempo. Si los medios le daban a Susana manija durante un par de días seguidos armaba un partido político que apoyada por la derecha hubiese borrado de un plumazo la imputabilidad de los menores y sacado al ejército a la calle, a legitimar de a poco la mano dura y un nuevo genocidio, del cual, estoy convencido, no estamos libres. Parece que estamos en la cornisa de esta historia argentina que no cambia y constantemente recicla a los políticos de siempre, hoy Alfonsín, mañana ¿quién?
El tema somos nosotros, ¿en qué andamos? ¿qué alternativa proponemos a esta historia que se repite cíclicamente? ¿qué hacen los cuadros políticos de izquierda para revertir esta situación…?

Creo que el cambio vendrá por la clase trabajadora y su organización, hay un montón de delegados de base y comisiones internas que de a poco se están organizando y luchando silenciosamente contra la burocracia, quizá de ahí salga la alternativa a tanta basura, y ojala algún DIA tengamos un Presidente salido de la clase laburante, un presidente obrero.
Felices Pascuas, la casa no está en orden.

Marcelo Goyeneche (cineasta y delegado aeronáutico)