Algunas posiciones ignominiosas frente a la masacre imperialista en Gaza

[Del DRAE: “ignominia”. (Del lat. ignominia). 1. f. Afrenta pública ]

Quiero pronunciarme sobre la cuestión que ha tomado carácter público (la crítica al pronunciamiento de la SEA -Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina- sobre la masacre sionista-imperialista en Gaza, y la posterior renuncia de algunos socios a la entidad). Lo hago con el ánimo de contribuir a que escritoras y escritores, como parte de la “cultura” presente y como integrantes del universo de explotados en el sistema capitalista, encontremos la asociación que nos merecemos.

Me cuento entre quienes, sin contacto habitual con los miembros directivos de la SEA, se estaba extrañando, a principios de enero, por la tardanza en aparecer un pronunciamiento ante los bombardeos genocidas en Gaza. Luego, a pesar del receso administrativo en que se encontraba, la SEA se pronunció. Son esas situaciones que lo llevan a uno a alegrarse y decirse: “¡Al fin!”, a modo de alivio ante la posibilidad de que las poderosas presiones adaptativas del medio social y político capitalista estuviesen haciendo “demasiado” efecto también en una asociación que se ha caracterizado por su compromiso con las luchas justas.

Dejo aquí de lado mucho de lo que se puede decir de todo esto, pero no sin antes referirme a un detalle -de un carácter no menos deplorable que otros también presentes en las críticas- y que habla de lo ignominioso de la posición de algunos escritores: endilgarle un carácter “poco menos que militar” a la redacción de los comunicados muy precisos de la SEA (del 7 y 14 de enero 2009) ¡porque exigen lo que exige el pueblo palestino y los “cientos de millones” que en todo el mundo lo apoyamos: el retiro del Estado genocida de Israel y sus aliados, el fin de la ocupación y los bloqueos, la urgente asistencia humanitaria a los masacrados! (A lo que al día de hoy hay que agregarle: castigo a los genocidas, criminales de guerra y criminales de lesa humanidad.)

Quiero marcar que son muy importantes y necesarios los debates que pueden desarrollarse; tanto los referidos a la situación política nacional e internacional como a las funciones y características de una sociedad de escritoras y escritores. Tales debates no son importantes solamente por el presente que vivimos, sino por el futuro inmediato. Por supuesto que es mi opinión: me cuento entre quienes ven muy negro el panorama para la vida de los trabajadores y sus familias, y entienden que la participación consciente de los explotados es decisiva y urgente para torcer el rumbo de este callejón sin salida que se llama capitalismo, guerra imperialista y barbarie. Único modo de traer algo de luz y de abrir puertas para la dignidad humana de miles de millones que hasta hoy son hundidos intencionalmente en la desigualdad y la miseria, es decir: en la incultura.

Alberto Arias, poeta