Políticas

21/7/2011|1186

Tucumán: Alperovich encubre a la patota

Candidato a gobernador y a primer legislador por la capital

El jueves 14 a la noche, los Autoconvocados de la Salud concretaron una masiva movilización con el apoyo de varias organizaciones, entre ellas el PO, en repudio a la provocación que el gobierno concretó el 8 y 9 de julio, cuando en acciones coordinadas por la policía, los servicios y una patota se abalanzaron para destruir las carpas de los Autoconvocados y varias organizaciones instaladas en la Plaza Independencia. Estas se hallaban en la plaza para llamar la atención en relación con los reclamos que los trabajadores de la salud vienen llevando adelante desde hace meses: un aumento de la base de cálculo salarial, el pase a planta de todo el personal precarizado, el 82% móvil, la insalubridad y, en consecuencia, la reapertura de las discusiones paritarias.

Los Autoconvocados ya tenían desde hacía más de un mes una carpa instalada junto con los jubilados de la plaza. En ese mismo escenario, el gobierno había organizado un festival folclórico con la presencia del “Chaqueño” Palavecino, el 8 de julio. A las 20 horas, un piquete policial uniformado y de civil, destrozó el gacebo del PO. A balinazos derribaron un globo aerostático donde se reclamaba una audiencia al gobernador. Luego, a las primeras horas del 9 de julio, cuando el “Chaqueño” había concluido su recital y se apagaron las luces, la policía liberó una zona por donde irrumpió una patota de más de 30 matones que se abalanzó sobre las otras carpas, golpeando a los trabajadores de la salud.

Al día siguiente, el ministro del Interior, Jaldo (uno de los principales candidatos de las listas alperovichistas), acusó de los incidentes al Polo Obrero. Sin embargo, a través de fotografías y videos expuestos en diversos medios, surge, sin lugar a equívocos, que uno de los participantes de la patota es el secretario de Grandes Comunas, Leiva -una suerte de mano derecha del ministro del Interior y ex abogado del sindicato de camioneros. Junto a Leiva aparecen integrantes de los servicios de inteligencia y matones del sindicato municipal de la Banda del Río Salí.

Consultado por los medios periodísticos, el gobernador Alperovich sostuvo que “Leiva es una excelente persona… No hizo absolutamente nada. El que lo conoce sabe que es un hombre de bien que no es capaz de hacer nada” (La Gaceta, 16/7). Al día siguiente, los medios publicaron que Leiva tiene radicada una denuncia por amenazas de muerte contra un funcionario de la Secretaría de Fiscalización; en esa oportunidad, él había actuado con el apoyo de dos patovicas. Leiva sigue en su cargo.

Los Autoconvocados han radicado las denuncias de todos estos hechos en la Justicia Federal, e incluso han denunciado que personal de civil armado con vehículos sin patentes vigila las asambleas y acciones que realizan en las calles. A los reclamos por el salario, las condiciones laborales, la jubilación, se debe integrar el reclamo de la renuncia de Leiva y Jaldo, como un paso hacia el completo esclarecimiento y castigo a los ejecutores y responsables de la provocación del 8 y 9 de julio.