Políticas

11/8/2011|1189

Tucumán: Alperovich, un gobierno al servicio de la especulación inmobiliaria

Candidato a gobernador y legislador por la Capital

El viernes 5 se produjo una violenta represión contra 200 familias que, desde hacía varios días, ocupaban un predio en una zona periférica de la capital. A latigazos, gases y balas de gomas, un malón policial desalojó a las familias y destruyó las precarias construcciones de los sin techo.

Alperovich denunció que la ocupación había sido promovida por punteros políticos de su propio palo. Calificó como excesos no a la represión sino a la ocupación, y sostuvo que iba a defender la propiedad privada.

Desde distintas esferas del gobierno de Alperovich señalaron que la ocupación había sido promovida por la diputada nacional K Stela Maris Córdoba y la legisladora provincial alperovichista Carolina Vargas Aignasse. Tanto Córdoba, una suerte de Sabbatella tucumana, como Vargas Aignasse se lavaron las manos.

Los hechos causaron una gran conmoción no sólo por la feroz represión, sino porque salió violentamente a la superficie el problema de los sin techo, que día a día se torna más explosivo.

Con Alperovich, en especial en la capital, se desató un proceso de construcción de edificios torre que han transformado la fisonomía de la ciudad y, a la vez, ha desatado una feroz especulación inmobiliaria que llevó el precio de los departamentos, los terrenos y los alquileres a las nubes, provocando, de manera creciente, que la población de menos recursos se vaya desplazando hacia la periferia, donde han emergido, en simultáneo, nuevos y numerosos barrios donde la gente vive precariamente. A este proceso especulativo se ha sumado el boom agrario que se ha desatado con la producción azucarera y de biocombustibles, donde un puñado de terratenientes monopolizan la tierra que se ha superencarecido y, por la mecanización de la producción cañera, miles de familias se han visto obligadas a mudarse a las ciudades, en especial a la capital, buscando oportunidades de vida.

Alperovich -dueño de constructoras, edificios y hoteles y, a la vez, uno de los más grandes terratenientes de la zona- es no sólo unos de los principales promotores, sino también uno de los principales beneficiarios de este proceso especulativo. Alperovich prometió que iba a dar una solución a través de la expropiación de otros terrenos. Un verso para disolver las ocupaciones que, tanto en la capital como en diversos pueblos del interior, se han producido en los últimos tiempos.

Es necesario unir los reclamos en una lucha en común de los sin techo por:

• Eliminación de impuesto a la vivienda única.

• Confiscación de tierras e impuestos progresivos a los pulpos inmobiliarios y los grandes propietarios agrarios para financiar la construcción de viviendas populares y su entrega, en base a un censo que determine efectivamente cuáles son las familias necesitadas.