Políticas

15/11/2002|729

Altamira por las 6 horas en subtes

Hemos ingresado a la Legislatura porteña un proyecto de ley de Jorge Altamira que dispone la insalubridad en Subterráneos de Buenos Aires. El proyecto establece 6 horas diarias y 36 semanales para los trabajadores en toda la red en el total de sus instalaciones, talleres, puestos de ventas y demás dependencias.


El texto prohíbe las horas extras, fija un descanso mínimo de 16 horas entre turno y turno y determina que el personal deberá tener siempre descanso hebdomadario (fin de semana) dentro de cada ciclo de 7 días. Garantiza, además, jubilación a los 55 años por insalubridad. Rescatamos así la mejor legislación de insalubridad impuesta en la rica historia de lucha de la clase obrera.


Los fundamentos son abrumadores porque los propios trabajadores de subtes lograron, desde 1946 hasta 1994, jornadas reducidas, la mayor parte de los años de 6 horas y en otros períodos de 7 horas. La consistencia técnica es total, porque incluso nos hemos apoyado en estudios científicos de ruidos cuyos decibeles son altísimos, y en diez ítems más que contemplan la alteración del reloj biológico, el aire enrarecido, vapores y grasas contaminantes, aislamiento, carga térmica, etc. apoyados en estudios de las organizaciones obreras a lo largo de la historia del subterráneo.


Pero el mayor filo del proyecto está en su articulación con la lucha actual de los trabajadores. Hoy, una disposición aislada puede ser desnaturalizada y hasta ser transformada en su contrario con facilidad por los inmensos recursos de superexplotación que tienen las patronales y el Estado.


El proyecto establece taxativamente que la reducción de jornada “no afectará el salario y el precio de la hora se incrementará en la proporción correspondiente”. Dispone además que la aplicación del régimen de insalubridad no podrá alterar la tripulación mínima, defendiendo la conquista del guarda por la que se luchó este año; “ni podrá ser compensada por ninguna forma de flexibilidad laboral que aumente el ritmo de trabajo y por lo tanto agrave las condiciones de salubridad propias de la tarea”.


El artículo sexto del proyecto determina la conformación de una Comisión Obrera de Seguridad, Higiene y Salubridad elegida por voto directo, con fuero gremial y con un representante del cuerpo de delegados. Su misión es el control obrero de las condiciones de trabajo y del cumplimiento de la propia ley, arrancando esa responsabilidad de manos del Estado flexibilizador, que garantiza sólo los derechos patronales sobre los trabajadores.


El control obrero podrá actuar en común con las asociaciones vecinales que defienden la salubridad para los usuarios y que han realizado fundadas presentaciones ante la Defensoría del Pueblo y ante la Justicia. La seguridad y salubridad de los subtes trasciende a los propios trabajadores, es una reivindicación popular y está reñida con la voracidad del lucro capitalista, flexibilizador y superexplotador de los privatizadores.


Se trata de una verdadera plataforma de lucha para los compañeros de subtes; es una palanca de movilización y refuerza la lucha por las seis horas y la defensa integral de sus conquistas en todos los terrenos. Se abre una etapa de discusión de su texto con el activismo, que podrá incluso enriquecerlo, en las secciones; una tarea que preparará la movilización para lograr el tratamiento y la aprobación. Manos a la obra.