Políticas

29/8/1996|508

Amenaza contra YCF y los pueblos de la cuenca carbonífera

Que el Estado provincial se haga cargo del financiamiento para que YCF funcione bajo control de los trabajadores

Con fecha 14 de agosto, Taselli (presidente de YCRT) presentó al Ministerio de Trabajo de la Nación una nota, por la cual solicita se encuadre a la empresa en el “marco de procedimiento de crisis, ya que debemos suspender a nuestro personal por razones de fuerza mayor” (textual).


YCRT aduce que se ha paralizado la producción a raíz de que la usina está generando el 30% de su capacidad y que la energía está siendo derivada a la población por presiones que sufre el personal de Luz y Fuerza por parte de la población. Por lo tanto, informa que deberá suspender a 900 personas sobre las 1.012 de la dotación.


Posteriormente, pudimos saber de boca del secretario de la municipalidad, que esta suspensión no se llevaría adelante según lo informara a este personaje el propio Taselli. También, el representante de YCRT dijo que no existió tal pedido. En realidad, esta serie de dimes y diretes persigue un solo objetivo, confundir y desmoralizar a los mineros para empujarlos al ‘retiro voluntario’. La usina realmente no funciona y esto es pura responsabilidad de YCRT por no realizar las inversiones necesarias; es falso que la razón sea el consumo de la población: el pliego de licitación los obliga a ello y lo sabían antes de firmar. La situación de falta de generación se arrastra desde hace mucho y ahora sólo se toma como excusa; lo que realmente sucede es que se han lanzado a una gran provocación. Una vez encuadrada la empresa en crisis, pretenden suspender y despedir con justa causa al conjunto de los trabajadores convencionados y volver a tomar a algunos de ellos pero ya no bajo el convenio colectivo, sino bajo la modalidad de contratos a destajo o el pago por tanto.


El consorcio que comanda Taselli ha incumplido uno a uno los compromisos adquiridos tras la firma del contrato de concesión: no realizaron las inversiones, no cumplen con los compromisos salariales, no cumplen las normas de seguridad e higiene, no suministran energía, no respetaron el compromiso de no despedir; en síntesis, son un verdadero récord de incumplimientos. Alguien que se asocia para algo que no cumple es en la práctica una asociación objetivamente ilícita, aunque para ello cuente con la protección del gobierno provincial y el consenso de la dirigencia gremial.


Desde el primer día, esta gente buscó excusa tras excusa para barrer el convenio, pero como hasta hoy ha encontrado la resistencia de los mineros, se ha lanzado al todo o nada aprovechando la crisis política imperante. Desde el FUT planteamos la necesidad de rodear de solidaridad a los mineros. Debemos defender la fuente de trabajo y el convenio colectivo, imponer la incorporación a planta permanente de todo contratado, plantear que se rescinda la concesión y se le bloqueen todas las cuentas a este consorcio hasta que devuelva uno a uno los millones de pesos que le ha entregado el Estado y fueron desviados hacia su patrimonio, pero que no invirtió en Río Turbio.


La empresa debe ser puesta bajo control de los trabajadores, única garantía para la defensa de la fuente de producción. Kirchner ha sido el impulsor de este desastre; ante el fracaso de la privatización, el Estado provincial debe garantizar que la empresa cuente con el mismo presupuesto que se le entrega al consorcio de Taselli y Luz y Fuerza.


El FUT hace un llamado a las organizaciones sindicales, a los centros de estudiantes y a la población en general a incluir la defensa de YCF en los reclamos a levantar para enfrentar el paquetazo que pretende descargar el gobierno nacional sobre la población.


La directiva de ATE


Desde un primer momento, la directiva de ATE (mayoría Verde, PC e independientes) llevó adelante una política de acompañar la privatización de la empresa, intentando participar de las decisiones para, según decían, salvar la fuente de trabajo. Este acompañamiento los llevó en forma sucesiva a abandonar la defensa del convenio colectivo y a entregar varias cláusulas del mismo; quizá la prueba de fuego la tuvieron durante el primer gran conflicto: los mineros lograron arrancar a la patronal y al gobierno un aumento salarial y la promesa de respetar el convenio colectivo. Ellos ganaron la guerra y los dirigentes perdieron la paz. Ya en esa negociación, abandonaron la defensa de más de 100 contratados que fueron despedidos, cuando estaban dadas las condiciones para exigir su incorporación al personal permanente y evitar de esa forma que la empresa abriera un frente de competencia entre los explotados (estos compañeros trabajan con convenio de UOCRA y por ende, sin estabilidad y cobrando mucho menos de la mitad de los estables).


Con posterioridad, permitieron el cierre de varios sectores, el traslado compulsivo de personal sin capacitación a interior de mina, y el apriete de la empresa impuso decenas de ‘retiros voluntarios’. De Gennaro, en persona, anudó un acuerdo con el gobernador Kirchner por el cual se comprometía a gerenciar los conflictos y mantener la paz social en Río Turbio; a cambio de ello, la provincia autorizó un código de descuentos a ATE para que afiliara a los empleados públicos. El acuerdo se extendió al gremio docente, en donde la conducción Celeste de Moyano impidió todo tipo de resistencia a la Ley Federal, y más aún, reclamó que se votara una Ley Provincial y que se convoque a la conducción gremial para participar de la implementación de la Ley (destrucción del Estatuto del Docente y de la escuela pública). Este acuerdo de “principios” se extendió al terreno político: el Frente Grande rompió su alianza con PAIS y se pasó con armas y bagajes a las filas del oficialismo. Llegó tan lejos que plantea el apoyo a la re-reelección de Kirchner.


Hace pocos días, se inauguró el ramal ferroportuario de Punta Loyola, al que concurrieron en forma conjunta tanto Taselli como la directiva provincial y Depetri, en nombre del Consejo Directivo Nacional. Cortaron las cintas junto al gobernador; terminada la ceremonia, recorrieron los medios para hablar loas de su política de diálogo y los logros en defensa de la fuente laboral, al tiempo que despotricaban contra ‘el modelo’ y llamaban a construir una “alternativa junto a la iglesia, el MTA, el CTA, los radicales, el FREPASO y los gobernadores peronistas con sentimiento como Kirchner, para presentar una alternativa al modelo en el 97 y el 99”. Todo esto lo dijeron a pocos días de la muerte del compañero y ya anunciada la rebaja de los salarios. No llamaron a luchar y a organizar la huelga, sino a construir una ‘alternativa’ junto a Kirchner y Taselli.