Políticas

29/8/2014|1329

Ana (recuperó su) Libertad

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LA HISTORIA DETRAS DE LA NIETA 115


ANA RECUPERO SU LIBERTAD.



La nieta recuperada 115, es la nieta de Alicia “Licha” Zubasnabar de De la Cuadra, una de las fundadoras de Abuelas, quien buscó a su nieta hasta el último suspiro. Murió en 2008, a los 92 años, sin poder abrazarla.

“Licha” fue la primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Primero secuestraron a su hijo Roberto José, obrero de YPF y, más tarde, en febrero de 1977, un grupo de tareas vinculado con la Policía Bonaerense secuestró a Elena de la Cuadra, embarazada de cinco meses y a su pareja, Héctor Baratti.

Elena y Héctor militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). Ambos estuvieron detenidos en la Comisaría 5° de La Plata, donde nació su hija, a la que llamaron Ana Libertad.

En 1999, durante el Juicio por la Verdad ante la Cámara Federal de La Plata, Estela de la Cuadra, otra de las hijas de “Licha”, relató por primera vez la breve gestión ante Bergoglio que realizó su padre en 1977 ante el secuestro de su hermana Elena. El futuro Papa, entonces sacerdote, se desentendió del caso y lo mandó a hablar con Mario Picchi, obispo auxiliar de La Plata.

En 2007, en el juicio oral al capellán Cristian von Wernich, Estela señaló cuánto la indignaba el silencio de Bergoglio. “¿Acaso no tiene nada que decir?”, dijo. Exigió, entonces, que se abran los archivos del Episcopado durante la dictadura y los del Movimiento Familiar Cristiano, que tuvo íntima vinculación con la apropiación de niños.

Ana Libertad apareció tras obtener un dato mediante un mail anónimo con no mucha información, tan sólo el nombre de la joven y algunas circunstancias que hacían presumir que se trataba de una hija de desaparecidos. Con ese material, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) inició una pesquisa: algo que llamó la atención fue el nombre de la partera, que ya estaba identificada como una profesional vinculada con otros partos de nietos apropiados.

Cuando la joven se enteró de la acción judicial aceptó hacerse el estudio de ADN voluntariamente y el 25 de abril de este año se presentó en el consulado de Holanda, donde vive. Su muestra viajó en valija diplomática y llegó el 8 de mayo a la Dirección de Derechos Humanos de Cancillería. El Banco Nacional de Datos Genéticos confirmó su filiación.

Como en toda recuperación, la misma fue resultado de la lucha y la acción de la organización de Abuelas, por un lado, y la voluntad de la nieta apropiada, por el otro.

La Iglesia y el Estado siguen manteniendo bajo llave los archivos que permitirían recuperar los más de 300 nietos que se estima que aún desconocen su verdadera identidad que, como Ana, están esperando, inconscientemente quizá, por su libertad.

Claudia Ferrero (Apel)