Políticas

13/1/2005|884

[ARCHIVO] Los funcionarios de Ibarra:de Roggio a Chabán

Publicado en Prensa Obrera N°884, 13 de enero de 2005.


La tragedia de Cromañón obligó a Ibarra al rápido despido de su jefa de inspecciones, Fabiana Fiszbin, y más tarde de Marcelo Antuña, subsecretario de Justicia y Trabajo. Para los medios de comunicación, se trató de castigar una “impericia” o “ineptitud” personal.


 


Pero estos altísimos funcionarios de Ibarra habían sido los defensores consecuentes de una orientación empresarial definida. Los delegados del subte los conocieron a mediados de 2002, cuando obligaron a la Legislatura a iniciar la discusión del proyecto de Altamira para reducir la jornada laboral a seis horas. Fiszbin y Antuña fueron acérrimos opositores al proyecto, con el argumento de que la “empresa había respondido satisfactoriamente a las fallas detectadas (por ellos) en materia de insalubridad y seguridad”.


 


Para los funcionarios, declarar la insalubridad era “dar por perdida la batalla por superar las malas condiciones laborales”. Es decir que eran partidarios de que se siguiera trabajando ocho horas hasta el día en que todas y cada una de esas “deficiencias” fueran superadas. Los obreros y Altamira sostuvieron el punto de vista opuesto: es decir, que se resolviera de inmediato las seis horas, manteniendo la jornada reducida hasta que la patronal no resolviera factores de riesgo que, por otra parte, son estructurales al trabajo en el subte. Luego de un año de lucha obrera en todos los planos, Ibarra debió retroceder y decretar la insalubridad y las seis horas.


 


Las denuncias y conquistas de los trabajadores del subte han ahorrado, con seguridad, vidas de trabajadores y usuarios. De la mano de los defensores de Roggio, sólo se incubó la tragedia de Cromañón.