El ministro de economía de Chubut, Antonena, alertó sobre el creciente déficit de la caja jubilatoria provincial (ISSyS), que estaría en el orden de los 800/900 millones de pesos mensuales, y deslizó que se podría resolver mediante un acuerdo con de la Anses, la armonización de la caja provincial, la suba de la edad jubilatoria y con topes en los montos de las jubilaciones.

Lo importante también de sus declaraciones es lo que omitió: no mencionó la deuda histórica que mantiene el Estado provincial con la caja de ¡150 mil millones de pesos! primer causa de ese déficit. Tampoco mencionó el carácter irregular de los representantes de ISSyS con mandato ultra vencido, ni tampoco dijo nada sobre la creciente desvalorización de los salarios básicos, por el aumento de las sumatorias no remunerativas y por estar muy por debajo de la inflación durante todos estos años. Mucho menos se encargó de denunciar la creciente precarización laboral del sector estatal y la gran cantidad de cargos que faltan cubrir.

Por lo tanto se trata de una caracterización sesgada para forzar un ajuste, dentro de los lineamientos más generales que hay a nivel nacional de robarle a los jubilados para financiar a los grupos capitalistas y al FMI, sin eufemismos.

Esto se da en el marco de una creciente pauperización de los estatales provinciales. Uno de los ejemplos más extremos es la reforma laboral en primaria, que lleva a los docentes a trabajar 11 hs por día para lograr cubrir la canasta de pobreza. Por lo que a la superexplotación laboral existente se le agrega la pretensión de extender el período laboral y avanzar en un ajuste brutal contra las jubilaciones.

Esta misma semana se anunció el decreto de Massa para forzar a la Anses a malvender sus bonos en dólares y cambiarlos a bonos en pesos. Lo que no hace el gobierno con ninguna entidad bancaria, lo hace atacando a uno de los sectores más empobrecidos del país: ¡La mínima, que cobra el 60% de los jubilados, es de miserables 58.665 pesos hasta junio! Por eso el Plenario de Trabajadores Jubilados impulsó importantes actividades en simultáneo en las distintas oficinas de la Anses del país. Mientras tanto, las CTA y las CGT vienen de dejar pasar la consolidación de un ridículo salario mínimo para los trabajadores activos de 80 mil pesos.

Gobierno tras gobierno han metido mano en la caja de las jubilaciones, por eso en 2017 estalló una rebelión popular contra el gobierno de Macri y su reforma jubilatoria, por la que los compañeros César Arakaki y Daniel Ruiz sufren una condena que criminaliza la protesta de la que participaron más de 300 mil personas. La justicia actúa acorde a la orientación más general de ajustar a los jubilados para los intereses del capital.

Esta política tiene evidentemente un carácter internacional, como lo pone de manifiesto la enorme rebelión que se vive en Francia, con los trabajadores en pie de guerra contra el aumento de la edad jubilatoria de 60 a 62 años. Los capitalistas, ante la caída generalizada de la tasa de beneficio en la etapa senil del capitalismo, meten mano en el Estado y en la clase obrera para financiar su propia declinación.

Es urgente la necesidad de un plan de lucha del conjunto de los sindicatos provinciales en defensa de las jubilaciones y los salarios y al mismo tiempo un paro nacional y plan de lucha de todas las centrales para defender los salarios y jubilaciones de todo el país. Sigamos el ejemplo de los trabajadores franceses

¡Abajo la armonización de la caja provincial! ¡No al aumento de la edad jubilatoria! ¡Ningún tope a las jubilaciones de los trabajadores, la jubilación es un salario diferido!