Políticas

11/4/1996|489

Asamblea fijó la política del PO para las elecciones de Capital

El cuadro político


La asamblea realizó la siguiente caracterización: existe un estado de movilización de masas en todo el país. Las movilizaciones contra la impunidad en el juicio al crimen de María Soledad, la movilización popular del 23 y 24/3 y, antes, las reacciones populares contra los asesinatos del “gatillo fácil” y la movilización estudiantil de La Plata contra la represión del Estado-policial de Duhalde, tipifican una verdadera “explosión democrática”.


En este cuadro, tendrán lugar las próximas elecciones de la Capital. La estatuyente estará compuesta, previsiblemente por una mayoría de partidos ‘opositores’,  lo que puede alimentar las ilusiones democráticas de las masas en que ese parlamento produzca reformas que frenen la ofensiva menemista y satisfagan sus reivindicaciones.


La estatuyente amordazada


El Partido Obrero plantea, sin embargo, que de no mediar una intervención de la clase trabajadora, la estatuyente va a consagrar cada una de las pérdidas y avasallamiento de conquistas que las masas sufrieron bajo este régimen. El gobierno ha condicionado totalmente  el alcance y las atribuciones de la estatuyente mediante leyes y decretos (ley ‘Cafiero’, decreto de convocatoria). La ‘oposición’ frepasista y radical ha demostrado, de mil maneras, que se subordinará a esos condicionamientos menemistas; ha aceptado (sin pasar del comunicado de prensa de protesta), tanto aquella legislación como las sucesivas postergaciones de las elecciones por parte del gobierno. Y ha presentado proyectos de reforma política de la Capital, tan reaccionarios como los del oficialismo.


Votar y ejecutar las reivindicaciones


El Partido Obrero plantea llevar a la estatuyente las reivindicaciones de los trabajadores y el pueblo explotado: el salario mínimo de mil pesos; la jornada de 8 horas; el seguro al desocupado de 500 pesos, a partir de los 16 años; el 82% para los jubilados; el desconocimiento de las cláusulas de superexplotación y del trabajo por contratos precarios; la anulación de las privatizaciones y la municipalización de los servicios bajo control de los trabajadores; la eliminación de todo tipo de aranceles y privatizaciones en la salud y la enseñanza; el acceso a la vivienda por el 10% del sueldo del jefe de familia y la municipalización del suelo urbano. El PO plantea el desconocimiento de la ley Cafiero y de toda otra norma y legislación ‘mordaza’.


Desenmascarar a la ‘oposición’


La asamblea caracterizó también la situación contradictoria del centroizquierda en las próximas elecciones, pues ella es receptáculo, por un lado, de aquellas ilusiones democráticas de un amplio sector de masas, y absolutamente impotente, por otro, para satisfacerlas, por su naturaleza patronal y su subordinación al ‘plan Cavallo’ De aquí, la necesidad política de desenmascarar su política real y sus compromisos de clase. Denunciando su sometimiento a los condicionamientos de la estatuyente y su negativa a plantear las reivindicaciones  inmediatas de las masas.


En función de este planteamiento, la asamblea resolvió iniciar una campaña para que los candidatos a estatuyentes provengan de las filas del activismo, sindical, juvenil y vecinalista. Especialmente de  los compañeros que han realizado una experiencia con las direcciones centroizquierdistas en sus frentes, para sumarse a una alernativa propia de trabajadores, independiente de la patronal oficialista u opositora. Como pre-candidatos a jefe de gobierno y primer estatuyente se designó, respectivamente, a los compañeros Sergio Villamil y Pablo Rieznik.