Políticas

19/9/2002|772

Asamblea Nacional

Convocatoria Piquetera

El núcleo de organizaciones convocantes acordó una fecha y una Convocatoria para la Asamblea Nacional de Trabajadores a realizarse el 28 y 29 de septiembre. La base política aprobada está en discusión en el seno de la Coordinadora Aníbal Verón y ha sido girada a las Asambleas Populares, a las fábricas en lucha y a todos los sindicatos, comisiones internas y delegados clasistas del país.


Se acordó también la elección de un delegado cada treinta compañeros de las organizaciones de desocupados, y una reunión con las Asambleas Populares para organizar en conjunto su participación. El movimiento obrero participará a pleno con sus delegados y miembros de comisiones directivas, al igual que en las anteriores Asambleas Nacionales.


La lucha librada desde el 26 de junio, el crecimiento de las organizaciones, los nuevos convocantes, el desarrollo de la crisis política y las luchas obreras y levantamientos provinciales preanuncian a esta Asamblea Nacional como un centro político de la actual lucha de clases.


Lo que va a leerse es el texto de la Convocatoria aludida.


El gobierno de Duhalde intentó sobrevivir asesinando piqueteros y se cavó su propia fosa. El giro represivo destinado a “limpiar las rutas y las calles” terminó no sólo en la derrota política sino en el adelantamiento electoral como maniobra de sobrevivencia de un gobierno acabado. La reacción de masas de las Asambleas Populares el 27 de junio ante la convocatoria – en la tarde misma de la masacre del Puente Pueyrredón – por parte de las organizaciones piqueteras que protagonizamos la jornada nacional del 26, la reacción de los estudiantes y trabajadores, después prolongada en las grandes movilizaciones políticas del 3 y 9 de julio, definieron el proceso político argentino hacia un nuevo ascenso de las luchas obreras y populares en la Argentina.


Se ha reforzado la ocupación y puesta bajo control obrero de fábricas y empresas quebradas por los capitalistas con nuevas ocupaciones como Perfil, como la lucha de los mineros de Río Turbio ante el derrumbe de la concesión privatista, como la ocupación y reclamo de expropiación y puesta bajo control obrero de Grissinópoli, de Chilavert, que vinieron a consolidar el proceso de Zanón, Brukman, Clínica Junín en Córdoba o Supermercado Tigre en Rosario, o la experiencia de control obrero de cuentas de Transporte del Oeste.


La lucha docente ha sido enorme, con la ocupación de Consejos Escolares en La Plata, Berisso y Ensenada, con los acampes y ocupación de escuelas, con las grandes movilizaciones del gremio docente en lucha por la defensa del Estatuto Docente como Perfil lo hizo por el Estatuto del Periodista. Y esta batalla contra la flexibilidad laboral abre un nuevo capítulo con la aprobación en la Legislatura de Buenos Aires de las seis horas para subtes, como resultado de una colosal movilización obrera de los 1.600 compañeros de Metrovías, sancionando un primer reparto de horas de trabajo que abre la ruta de nuevos puestos genuinos de trabajo, reivindicación estratégica de nuestro movimiento de unidad de la clase obrera ocupada y desocupada.


Se ponen en pie nuevas listas antiburocráticas y clasistas en Señaleros o en la UEPC de los docentes cordobeses, reforzando el proceso de expulsión de la burocracia que ya protagonizaron los ceramistas de Neuquén o el Soip al frente de 7.000 obreros del pescado en Mar del Plata, se recuperan Comisiones Internas. Las Asambleas Populares defienden las ocupaciones de fábrica, y ocupan ellas mismas predios y lugares para la organización popular. También apoyados por ellas, los inquilinos y ocupantes de casas y tierras han protagonizado extraordinarios piquetes y movilizaciones por la tierra y la vivienda. Los cartoneros cortan las vías y los obreros ferroviarios, con el mismo método piquetero, derrotan los despidos de Interactiva, subsidiaria de Metropolitano.


Las organizaciones convocantes hemos enfrentado los consejos de crisis y la concertación, fuente de clientelismo, de corrupción y de negociados capitalistas. El plan de jefes de hogar destinado a barrer con las organizaciones piqueteras combativas ha fracasado en su intento; ampliamos la lucha por su extensión a jóvenes y adultos, por la duplicación de su monto. No hemos dado tregua, profundizamos nuestra lucha y como parte de ella fuimos al Acampe nacional convocado por el Bloque Piquetero Nacional, el Mijd y Barrios de Pie, dando continuidad al plan de lucha y apuntando directamente a Que se vayan todos. Volvimos a soldar la alianza con los trabajadores y las Asambleas Populares el 7 y 8 de agosto, transformando las jornadas antiimperialistas contra O’Neill en una lucha efectiva para acabar con Duhalde ya, lejos del mero repudio de la centroizquierda política y sindical, ganando el control de la plaza del poder político para el pueblo contra el operativo de miles de policías, haciéndolo al unísono con casi treinta plazas del país.


La CTD Aníbal Verón, ante el 30 de agosto, fijó posición: “repudiamos la trampa electoral que propone que se vaya Duhalde y se queden todos… y desconfiamos de quienes plantean que la crisis social… se resuelve con un cambio de gobierno y la renovación de todos los mandatos para cambiar la composición legislativa…” Sobre esta base política los llamamos no sólo a coordinar acciones de lucha común, como ocurrió hasta el 26 de junio, sino también a participar de la próxima Asamblea Nacional del 28 y 29 de septiembre.


La burocracia sindical de las centrales obreras ha sido sostén fundamental de un gobierno fondomonetarista y antiobrero, por ello la lucha piquetera se introduce en los sindicatos y en todas las clases explotadas y populares.


Como lo hemos resuelto en el reciente Encuentro de Empresas Ocupadas y en Lucha, marcharemos por el control obrero, unidos trabajadores ocupados y desocupados, impulsando el paro activo nacional y la huelga general activa con cortes de ruta y ocupación de lugares de trabajo y públicos para Que se vayan todos. Es un planteo que se ve reforzado con los triunfos de la Cooperativa Lavalán junto a las organizaciones piqueteras de Avellaneda y de los obreros de Parmalat frente a la patronal.


Este vasto proceso se expresa en levantamientos con los trabajadores y piqueteros a la cabeza, contra los poderes políticos provinciales entreguistas en San Juan, en Tucumán, en Entre Ríos y en Córdoba contra Kammerath. Estas crisis políticas traducen el acoso popular a Duhalde y a todo el régimen político completamente empantanado.


Sin acuerdo con el FMI, que pretende la ejecución de la pampa húmeda, de la banca pública, la definitiva confiscación de los ahorristas, una ola mayor de tarifazos a favor de las privatizadas y más despidos y más ajuste. Sin poder controlar la permanente emisión de monedas truchas. Agravando día a día la depresión productiva y la desocupación pavorosa que no para de crecer. Cruzado por el estallido de la interna del PJ y por el afloramiento de la corrupción y las mafias de la Bonaerense, un aparato represivo que se pretende poner al día para enfrentar la rebelión popular es golpeado por esa misma rebelión, tal el caso de la pueblada de El Jagüel o la movilización popular de Floresta.


En este cuadro, el mero reclamo de la caducidad de los mandatos refuerza la campaña electoral de los recambios del sistema, de las viudas de la Alianza y el PJ, brindando ante la emergencia una salida al propio régimen y al FMI. La Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados apuntará a otro 19 y 20 para completar la obra de Diciembre. Para quebrar al régimen político y social, para abrir una salida de los trabajadores a la crisis, para quebrar y desmantelar los aparatos represivos y liberar a Raúl Castells y todos nuestros presos y procesados. Para el castigo de los responsables materiales, intelectuales y políticos de nuestros muertos y heridos. Para aumentar los salarios y planes de empleo y acabar con la flexibilidad laboral; para repartir las horas de trabajo, para nacionalizar la banca y los resortes y pulpos estratégicos de la economía bajo control de los trabajadores; para poner a andar bajo control obrero a las 1.200 empresas quebradas y a todas las que cierren y despidan; para un plan de obras públicas, de salud y educación masivas.


La nuestra es una lucha de poder. Pretendemos que un Congreso de Asambleas Populares y Piqueteras, de sindicatos combativos, de fábricas en lucha, de organizaciones estudiantiles y populares, siente las bases de un nuevo poder político popular que abra la salida de los trabajadores a la crisis, anticapitalista y antiimperialista, derrotando la trampa electoral de Duhalde y el FMI con otro Argentinazo. Por considerar que esta tarea está a la orden del día ante la nueva fase de crisis del gobierno y el régimen político, colocamos la convocatoria a la próxima Asamblea Nacional de Trabajadores en esa perspectiva.


Bloque Piquetero Nacional


Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados


Barrios de Pie