Políticas

25/5/2021

Salta

“Atorranta”: el trasfondo de la agresión del diputado Martín Grande a la fiscal de Derechos Humanos

El ataque a Verónica Simesen de Bielke es parte de un operativo de impunidad, que involucra a Gustavo Sáenz.

En una entrevista radial, el diputado nacional por Salta y candidato a senador provincial de Juntos por el Cambio, el periodista Martín Grande, trató de “atorranta” a la fiscal de Derechos Humanos, Verónica Simesen de Bielke. La agresión provocó un legitimo y generalizado repudio de las organizaciones de mujeres.

La fiscal de Derechos Humanos, en su calidad de fiscal penal, había citado a Martín Grande a declarar en el caso de las facturas apócrifas emitidas por la Municipalidad de Salta durante la gestión del actual gobernador Gustavo Sáenz. La citación fue por la declaración pública que hizo el legislador, señalando que el principal imputado, el empresario Matías Huergo, era el salame de un enorme sánguche. En esos días el abogado de Huergo denunció públicamente que su defendido había recibido una propuesta ilegal de Grande, cuando éste lo visitó en la cárcel federal.

La fiscal Simesen de Bielke acaba de denunciar penalmente a Mertín Grande. Pero a todo esto la causa por las facturas apócrifas no avanza, y fue deliberadamente dividida en dos partes: una a cargo de la Justicia provincial y otra de la federal, lo que va a obstaculizar la investigación de una verdadera asociación ilícita que funcionó en la intendencia de la capital salteña encabezada por el actual gobernador. El abogado de Sáenz en esta causa, el exdefensor de Blaquier en las causas de lesa humanidad, hoy es miembro de la Corte de Justicia, puesto por el gobernador para mejor garantizar su propia impunidad.

A los ataques se sumó el ministro de Seguridad, el exmilitar Juan Manuel Pulleiro (un negacionista de la dictadura), quien dijo que la fiscal de Derechos Humanos tiene animosidad contra la policía de Salta. Ello porque desde que comenzó la pandemia se han multiplicado las denuncias contra la policía por distintos casos de abusos, muchos de ellos muy graves. Entre estos se cuentan ocho personas que perdieon un ojo por los atropellos de las fierzas represivas, y recientemente se conoció el caso de un hombre con perforación de intestino como consecuencia de una golpiza policial.

La Fiscalía de Derechos Humanos es la que investiga todos estos casos, y precisamente Simesen de Bielke ha avanzado en algunos casos de cierta significación política contra algunos comisarios. No puede hablarse de animosidad ante la gravedad de los casos y cuando desde enero a la fecha ya hay 900 denuncias contra la policía.

El apriete del ministro Pulleiro apunta entonces contra el avance de estas causas contra la policía. Pero refleja que la descomposición del régimen oligárquico que gobierna Salta abre grietas entre sus distintos componentes. La fiscal de Derechos Humanos actúa de la mano del procurador Abel Cornejo, jefe de los fiscales, que se presenta como un renovador o revisionista de un régimen que siempre se apoyó en una policía represora e impune -él, como juez federal, ordenó las más brutales represiones contra los trabajadores del norte provincial hace exactamente 20 años. Las disputas por los negocios en tiempo de vacas flacas agudizarán todas las peleas de camarillas.

Desde el Partido Obrero batallamos todos los días para construir una alternativa política de los trabajadores, para superar a este régimen oligárquico en descomposición, lo que plantea que vayan presos los corruptos y que se desmantele el aparato represivo. Es el desafío y la tarea que tenemos planteada también con el FIT-U en el período electoral que ya se ha iniciado.