Políticas

19/6/2014|1319

Atucha 2: puesta para la tribuna

Atucha-2 Puesta para la tribuna

Se puso en marcha el reactor de Atucha 2 sin las condiciones requeridas. Mientras tanto, Embalse sale de servicio durante dos años. El negociado de la energía nuclear.

El 2 de junio se puso a crítico (se “encendió”) el reactor de Atucha-2. Esto significa que comienza la fase nuclear en la vida de la central, primero con pruebas y luego con generación de energía eléctrica. El gobierno viene apurando este y otros “hitos” de la central con la finalidad de mostrar algún resultado, luego de años de atraso y un incremento espectacular en el gasto de la obra. Ha chantajeado a los trabajadores para acelerar el lanzamiento, bajo la amenaza de cerrar la obra. Y sin contar con las condiciones requeridas, se realizó la primera puesta en marcha.

La diversificación 

No faltan los escribas oficiales que sostienen que este “hito” es una diversificación de la matriz energética e incluso un acto de soberanía nacional, exagerando la proporción de “industria argentina” en este proyecto y ocultando que nuestro país importa el uranio, por la pérdida de su capacidad para procesarlo.

No hay diversificación alguna: a la par que Atucha-2 comience a producir, la Central Embalse saldrá de servicio un par de años para extender su vida útil. Por otro lado, un país que no controla la producción del uranio desde la mina hasta su disposición final no es soberano en este sentido.

Que Atucha-2 sea ahora una central nuclear, y no una obra, significa que los trabajadores deberán realizar trabajos y pruebas faltantes en condiciones radiológicamente adversas, con riesgo para su salud, por las dosis de radiación existentes y el atraso en las tareas que faltan para que la central produzca definitivamente energía eléctrica.

José Luis Antúnez, director del proyecto, junto a Julio De Vido, manifestó que se está recuperando el Plan Nuclear y que la gente se asusta de Chernobyl y Fukushima, pero “accidentes hay, algunos parecen tener más publicidad que otros”. Es muy fácil manifestar esto mientras se viva a kilómetros de la Central y no se trabaje en ella.

Un “plan” que hace agua

El “plan nuclear” del gobierno no es más que la fachada detrás de la cual se esconden una serie de negociados. ¿Qué tipo de plan puede obviar el hecho de que si los tres reactores produjeran energía al mismo tiempo, las instalaciones de la empresa Dioxitek (la que arma los combustibles) no darían abasto? Incluso más: Dioxitek tiene plazo para retirarse de Córdoba y el gobierno la quiere llevar a Formosa, lo que haría que el uranio importado baje en el puerto ¡y recorra 5 provincias de ida y de vuelta para ser utilizado en Zárate!

Argentina tiene potencial para producir energía eléctrica de origen nuclear, cuenta con los recursos naturales, humanos y técnicos necesarios. Pero los funcionarios apuntan a tomar deuda y cobrar retornos de las licitaciones, a expensas de la salud de los trabajadores y la población.

Ser un país con energía nuclear debe ser una decisión de toda la población trabajadora. Y la ejecución del plan nuclear debe estar en manos de trabajadores, técnicos y científicos comprometidos con el cuidado de la salud y del medio ambiente, antes que con la generación de “hitos” para la tribuna y los prestamistas internacionales.


Andrés Tomzoe