La defensa del genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz volvió a pedir, este martes, su pase a prisión domiciliaria, en una audiencia realizada en la sala de la Cámara de Apelaciones de La Plata, que está a cargo de los jueces Revoredo, Camparied y Lemos Arias, en la causa que investiga los delitos de lesa humanidad ocurridos en el centro clandestino Pozo de Banfield.  

Desde la querella de Justicia Ya! La Plata, solicitamos se deniegue dicho beneficio de impunidad que representa una semi-libertad para Etchecolatz, quien fue seis veces condenado por el delito de genocidio.

También planteamos que si bien Etchecolatz tiene 87 años, las enfermedades que alega la defensa por las cuales tendría que hacerle lugar al beneficio son propias de la edad y han sido atendidas incluso en un hospital extra muros cuando fue necesario, atención que no reciben la mayoría de los personas privadas de su liberta por delitos comunes. 

Recordamos al tribunal que Etchecolatz es el principal sospechoso por la segunda desaparición de Jorge Julio López, quien fue un testigo central en el primer juicio en el que fuera condenado. Es decir que no sólo fue un genocida durante la dictadura militar como jerarca de la policía bonaerense, sino que constituye un peligro actual para los querellantes, familiares y víctimas, ya que existen 9.000 efectivos de la bonaerense que dependían de él y que aún siguen en funciones. 

Solicitamos al tribunal que escuche de propia voz de las querellantes  Clara Petrakos, Victoria Moyano Artigas y Alejandrina Barry, hijas de desaparecidos del Centro Clandestino de Detención (CCD) de Banfield, –algo que no es común en  este tipo de audiencias– quienes manifestaron que este represor nunca se arrepintió de sus delitos. Asimismo, resaltaron que él ha expresado en varias oportunidades conocer el paradero de muchos niños apropiados.

Próximamente tendremos otra audiencia en la causa por el CCD El Infierno, por la misma solicitud, en la cual reiteraremos el pedido de que las victimas puedan ser oídas de primera mano por el tribunal.

Estas son las únicas causas en las cuales no se le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria. Seguiremos movilizándonos para que Etchecolatz y el resto de los genocidas tengan cárcel común, perpetua y efectiva.