Políticas

24/5/2007|992

Bailando contra un sueño

Según el comentario popular, Nina Peloso ha mostrado en la preparación de la música disco, la salsa o el rock la misma tenacidad que exhibió en las sacrificadas marchas federales, cuando se cargaba al hombro los piquetes mientras su marido estaba preso o cuando enfilaba hacia Plaza de Mayo el 20 de diciembre de 2001, en la cabecera, junto a los representantes del Suteba Matanza, la AGD-UBA y el Polo Obrero, entre otros.


Aquellos tiempos resultan ya lejanos. La marquetinera irrupción del matrimonio Castells en la meca del rating corona una estrategia personalista y publicitaria, mientras abandona sistemáticamente la infinidad de luchas unificadas del movimiento piquetero y el movimiento obrero (en los subtes, en el Francés, con los mineros del Turbio o los trabajadores aeronáuticos).


El MIJD desapareció de los 20 de Diciembre, de los 1º de Mayo, de los 24 de Marzo (en los que en rigor no estuvo nunca). No sólo eso. Logró la proyección mediática con sonadas “alternativizaciones” de las grandes luchas piqueteras, como la acción de un grupo sobre el McDonald’s cuando decenas de miles de piqueteros marchábamos por Buenos Aires y en todo el país, o con el sonado caso del Casino, “alternativo” a nuestros planes de lucha.


La prensa hizo más y más mediáticas estas movidas.


Nina llevó un retrato de Fuentealba al ring del rating. Pero el MIJD no movió a nadie cuando más de cien mil personas ganamos la calle en todo el país el 9 de abril para condenar el asesinato del compañero.


La estrategia mostró varias instancias. Castells agradeció a Menem un llamado telefónico cuando zafó de un proceso, y más tarde, en huelga de hambre, invitó a López Murphy. Ambos rematados antipiqueteros, integrantes de gobiernos asesinos de piqueteros que deberían estar dando cuenta por ello en la Justicia. Castells agradeció “a la derecha argentina” por su libertad y, de sobrepique, logró sonoras tapas y contratapas de Ambito Financiero. Julio Ramos “descubrió” el “laborioso” trabajo de los cooperativistas del MIJD con fotos de los productos de limpieza de un emprendimiento. Ni lerdo ni perezoso, Castells declaró que había pasado la etapa de los piquetes. Contrariándolo, los estudiantes de todos los niveles, la docencia argentina desde Salta hasta Tierra del Fuego, y el pueblo entero de Gualeguaychú empezaron a batir los récords de cortes de ruta.


Pero Castells consiguió que Sofovich salude el “gran trabajo social de Nina y de Raúl”, luego de que hubiera calificado a los piqueteros, en “Polémica en el Bar”, como “delicuentes”. Al “elogio” de Sofovich se sumaron Moria, la Alfano, Tinelli, Mariano Grondona y unos cuantos referentes más del “espacio” derechista. Antes de todo esto, Castells se había unido a Blumberg, convertido en lobbista del aparato represivo y candidato de la derecha.


Tinelli, como Susana y tantos otros del rubro, incluye en los premios que ofrece objetivos filantrópicos como los “sueños” de un aparato de diálisis por acá, un tomógrafo por allá, una sede para discapacitados por otro lado. El mediático matrimonio se sumó a esta coartada con su propio “sueño para los comedores”.


En la misma línea, Castells organizó con Bony Bullrich un desfile de modelos en Laferre (algunas de Recoleta, otras de La Matanza), en un evento disfrazado de “acceso de los pobres al arte y la cultura”. En realidad, un acto de humillación para ocultar que el organizador de Fashion & Arts y la agencia de Ricardo Piñeyro comercian prendas de mil quinientos dólares cosidas por trabajadores en negro, a menudo esclavos, o falsamente cooperativizados.


Pero como relata Clarín, Castells, “de los 15 micros que puso Tinelli sólo trajo gente en tres, movilizando 40 personas contra los miles que movilizaba años atrás”. El MIJD está vaciado. Castells se ha aliado también con sectores marginales de la burocracia sindical, como Etcheum, del sindicato de la carne.


En el camino perdió a valiosos militantes de las provincias y los barrios, y también sindicalistas combativos como Edgardo Quiroga.


La historia del personaje podrá depararnos otras sorpresas todavía: Nina, preguntada por su sueño, le confesó a Tinelli: “es éste, estar acá, ser más conocida que Kirchner”.


Kirchner cooptó a D’Elía y Ceballos con cargos y el sistema cooptó a Castells. El movimiento piquetero, por su lado, le ha legado al pueblo una tradición y un método de lucha.


Nina sigue bailando por “su” sueño de llegar a la pantalla chica, pero deja atrás la realidad de la lucha de clases que la llevó a la consideración popular.