Políticas

25/11/1999|649

Balance de las Elecciones

De Lía Méndez


De: Eduardo Cicari


Para: Christian Rath (Partido Obrero)


Christian, te envío nuestra síntesis referente a las últimas elecciones que nos solicitaste. Un saludo. Eduardo.


Los humanistas hemos hecho una buena elección: sigue creciendo nuestro caudal de votos, nos presentamos en los 24 distritos del país, con el mismo partido y sin formar alianzas; abrimos nuestras listas de candidatos a la participación de ciudadanos independientes y llevamos adelante la campaña electoral sobre la base del trabajo voluntario de nuestros militantes y amigos. Es para destacar también que aumentó el conocimiento de la ciudadanía sobre nuestro partido y sus propuestas, lo que significa que, a medida que la gente nos conoce, nos vota.


En la Capital Federal, superamos los 37.000 votos a diputado nacional, significa bastante más del doble de las últimas elecciones y en todo el país cuadruplicamos los votos a presidente de 1995. Estamos satisfechos porque todos los humanistas y colaboradores hemos realizado una excelente tarea. En cuanto a las elecciones en general, algunos pueden creer que se ha votado por el cambio, pero no hay que engañarse: la mayoría ha querido que las cosas sigan como están. Tanto los candidatos electos como los derrotados, de la Alianza y del justicialismo, representan la continuidad del régimen neoliberal: van a seguir pagando la deuda externa a costa del sufrimiento del pueblo, van a privilegiar los intereses de las empresas multinacionales por sobre los de los trabajadores, pequeños empresarios, comerciantes minoristas, jubilados y desocupados de nuestro país. Se ha preferido el cambio de personas al cambio de política.


Por otro lado, la abstención fue inferior a lo pronosticado, incluso menor a la de los comicios de 1995 y 1997. El pueblo también rechazó los reiterados llamados al voto en blanco, que hicieron algunas agrupaciones, e incluso (en forma embozada) algunos periodistas. La democracia se afirma a pesar de que todavía subsisten pequeñas prácticas fraudulentas en la distribución de boletas de los partidos y en el conteo de los votos, que ya hemos empezado a contrarrestar con mayor número de fiscales.


En síntesis, estas elecciones significan un avance en la afirmación de la democracia y del humanismo como un modelo de cambio no violento.


Lia Mendez – Secretaria General PH


 


 


Sobre Aliverti


Señores de Página 12: les adjunto una respuesta a las distribas de Eduardo Aliverti, con ruego de publicación. Firmo al pie con mi nombre y número de documento. Atentamente, Luis Ammann.


Impúdico


Hay periodistas que tienen de sí mismos —sólo ante sí mismos— la imagen que anhelan tener frente a los demás. Es una confusión que, en diversos grados, remite al mito de Narciso. Suelen creer, además, que la mirada de los otros está siempre sobre ellos y deben dar respuestas a imaginarias demandas.


Esa “ilusión de ser” especiales y estar autorizados a todo, se forma con diversos elementos, donde el apaño de algún poder es el principal, en cuanto les permite una continuidad en sus ocupaciones en tiempos de dictadura o de democracia, inmunes a los cambios en la sociedad.


Esta introducción es para referirnos a la columna “Otra vez sopa”, firmada por Eduardo Aliverti en Página 12 del día 25 de octubre, donde recuerda que ya dijo lo que hay que hacer y castiga por no haberlo hecho.


Empieza bien el hombre. Atrae la atención —más adelante acordaremos— cuando afirma: “pude haberme ahorrado el trabajo de escribir (…) sobre el papel electoral de la izquierda”. Lástima por su incontinencia. Sin ningún pudor, Aliverti despacha sus antepredicativos. Para él, “la izquierda” es un todo que alguna vez se dividió y debe unirse para alcanzar un número de votos que le permita el acceso al poder. En ningún momento explica para qué, pero ése es otro pre-dialogal que se da por obvio, de donde resulta que se está dirigiendo a un pequeño número de personas que conocen sus propios códigos de”hombre de izquierda” y son, también, los mismos que reciben un reducido número de votos.


A esta altura habríamos dejado de leer, porque no nos gustan las diatribas y lo escrito nada tiene que ver con los humanistas. Pero han incluido en la nota la foto y el nombre de nuestra candidata Lía Méndez y eso constituye una alusión directa, aunque se evite mencionarlo por escrito. Por eso, hay que aclarar algunos puntos.


El Partido Humanista no es responsable de ninguna división. No es desprendimiento de ningún partido, hecho habitual en la vieja izquierda, ni fue fundado por un político que perdió las elecciones internas en otro. Todo lo contrario. El Humanista está formado por gente común y corriente, sin militancia política anterior y descreída de todas las opciones conocidas. El Partido Humanista sí tiene vocación de poder, entendiendo a éste como un instrumento para transformar la sociedad. Por eso participa en todas las elecciones y, afortunadamente, crece sin pausa desde 1985 (en esta ocasión hemos triplicado los votos a presidente respecto de la anterior). La decisión de ir solos o conformar un frente para las próximas elecciones, la tomará la base del Partido Humanista y, según lo que se ha consensuado hasta ahora, deberá probarse que es viable actuando en la base social, antes de llegar a las elecciones. Todo eso, mal que les pese a los que sólo anhelan salir de perdedores.


No corresponde aceptar ninguna de las facturas que se pasan en esa nota. En rigor, es una catarsis de Aliverti, un ataque de caspa con estereotipos psicoanalíticos (que nos incitaron a empezar con don Narciso), que no ayuda al fin que dice perseguir.


El objetivo de esta respuesta es explicar públicamente nuestra postura. También a título personal, una cuestión menor: coincidir en que su mayor acierto en esas líneas fue escribir “pude haberme ahorrado el trabajo de escribirlas”.


Luis Ammann, miembro del Partido Humanista DNI 6.692.983


 


 


¿Derechización?


La presente crítica al balance electoral firmado por el compañero Jorge Altamira no tiene por objeto pretender una impugnación del balance en su conjunto sino aportar a la corrección de algunas conclusiones volcadas en el balance y, por mucho que no fueran decisivas, merecerían ser reelaboradas.


De movida, aclaremos que está fuera de discusión –por sobreentendido– el carácter proimperialista y antiobrero del conjunto de los candidatos patronales con cargos ‘expectables’ el pasado 24 de octubre (sean de la Alianza, el PJ o AR), pero de aquí a la conclusión de que la votación de las masas hacia ellos–incluyendo la derrota de la Meijide y el supuesto retroceso de la izquierda– “significa un pronunciamiento hacia la derecha” que habría inaugurado en nuestro país una “derechización del escenario político” (Jorge Altamira, “El Partido Obrero, a prueba”, Prensa Obrera, N° 647, página 6), hay un largo trecho si, como se deduce del artículo, se refiere a la subjetividad de las masas. Lo cierto es que, con relación al ‘95 o incluso al ‘97, el escenario político planteado por la burguesía sólo ha cambiado algunos intérpretes que planteaban, palabras más o menos, la misma política encarnada en el proceso electoral pasado. El PO –y Jorge Altamira en primer lugar– ha hecho escuela en despedazar las pretensiones intelectuales de la izquierda trucha y desmoralizada que agitaba el fantasma de un supuesto voto derechista de las masas ante el ‘ascenso’ de Bussi en Tucumán o la reelección de Menem, para ocultar su propia ausencia de horizonte y, en algunos casos, su complicidad. ¿Qué ha cambiado en lo sustancial? Nada que podamos ver.


Lo que manifiesta en todo caso es la envergadura del atraso y confusión política de las masas, pero también los límites insuperables de la pequeño burguesía y la izquierda democratizante.


Naturalmente, los límites a los que hacíamos referencia más arriba también incluyen a nuestro Partido, aunque por los métodos y el programa, éstos sí son superables a condición de que logremos entender los alcances de esa “advertencia” formulada por Altamira en el balance en cuestión, referida a nuestro”…abordaje relativamente superficial en la cuestión del desarrollo de las masas”.


La afirmación de Altamira de que “…toda la izquierda ha sufrido un retroceso electoral el domingo (24) pasado” se encuentra desmentida en la contratapa del mismo periódico. Tomados de conjunto, la izquierda democratizante y el PO han duplicado sus votos por referencia a las presidenciales del ‘95. Y si tomamos las legislativas del ‘97, vemos que en realidad sólo el PSA y nosotros perdemos votos el domingo. ¿De dónde sale la afirmación de quetoda la izquierda retrocedió? De ninguna manera podemos crear involuntariamente siquiera la ‘sensación’ de que nuestro relativo retroceso electoral se pueda simplificar en un “retroceso” general de la izquierda, en el marco de una “derechización” del electorado. Este anillo le encaja a la perfección al democratizante de cualquier pelaje. (“Ahora, a llorar a la Iglesia”, es el balance de Reyna, en Página 12, refiriéndose a las masas).


En cuanto a la agitación, nuestra acción pudo no ser la más adecuada. La configuración no tradicional de nuestros afiches (con lo importante que son las tradiciones) es probable que nos haya hecho desaprovechar ese símbolo que representa una ‘marca registrada’ del PO, que es el afiche blanco y negro, con texto pedagógico y agitador, que atrapa y ‘obliga’ a su lectura, provocando el doble efecto de distinguir y delimitar al PO del resto. La acción de la burocracia sindical, en particular los aliancistas, y el dominio sin mayores fisuras por parte de la burguesía de su proceso electoral explican el relativo retroceso electoral del PO e incluso el crecimiento mayor o menor de la izquierda electorera.


Es cierto que la situación política mantiene todos los elementos de excepcionalidad señalados en el último Congreso. Incluso las elecciones reflejaron la tendencia a la desaparición del centro político que pretende utilizar el Frepaso como bisagra del régimen. Pero por esto mismo, nuestro partido debe adoptar una política relativamente excepcional durante el próximo período. La afirmación de Altamira en el balance respecto de que debemos considerar como un”activo partidario” la adopción de la consigna del reparto de las horas de trabajo disponibles como eje es un acierto. Todo el Partido y nuestros ex candidatos deberán ganar las calles implacablemente para, de un lado, terminar de instalar al PO como la única fuerza política que ofrece una salida práctica y política a la crisis y a la desesperación de las masas, y por el otro, para avanzar en la educación política de las masas sobre cómo actúa un partido revolucionario comprometido a luchar por la conquista de lo que sus candidatos plantean en las tribunas electorales. Perforemos los bloqueos políticos de las masas utilizando estas consignas como ariete y nos convertiremos en una herramienta para organizar su lucha. Habremos ganado una batalla decisiva por la independencia política de la clase obrera.


Pedro Gez


Morón


2/11/99


 


 


Hacer grande al PO


Buenos Aires, 12 de noviembre de 1999


Compañero Jorge Altamira:


Hay que revisar el desprecio del PO por la construcción de un partido grande y de masas; por la construcción de un aparato grande; la orientación política por sí sola no basta, es necesario tener gente para llevarla a cabo. En cada elección, el PO anda en las últimas dos semanas buscando a las corridas gente para ser fiscales, por ejemplo, y a duras penas y sólo en las zonas más militantes se consigue un fiscal por colegio. Llevado esto a un extremo, si le cupiera al PO dirigir la revolución proletaria cuando sea, se repetirá la experiencia del ‘17 cuando los revolucionarios debieron salir de los centros para dirigir la revolución en las afueras y copó la revolución la mediocridad traidora del stalinismo.


Las segundas, las terceras, las cuartas filas hay que tenerlas preparadas y están las gentes para ser preparadas, ¿sino qué es la carta de la compañera Olga, de Dock Sud, que reclama teoría marxista, cursos, etcétera?


Este es un trabajo de hormiga, que puede parecer burocrático, pero la creatividad de la militancia lo hará revolucionario. Si en la economía el crecimiento es desigual y desparejo, así también en la conciencia revolucionaria de la población, y hay que atender a todos los frentes, hay compañeros que por las razones que fueran (también pueden ser objeto de estudio) quieren estar nada más que en la cuarta fila, y esos podemos ser constructores activos del cotidiano del PO, que serán ‘movidos’ en caso de necesidad.


No hay que tenerle miedo a “hacer grande al PO”, esta consigna usada por los Mas, Mst, Pts, etc. era exitista y como gastar energías al cuete, pero en el PO es revolucionario.


Por último, en lo que hace a mi pequeña colaboración a la campaña “Altamira-Rieznik”, desde el Comité Independiente, lo único que se logró fue pasar de un 10% de votos de nuestros allegados en las elecciones anteriores a un 50% en las actuales, esto es de dos votos a doce (puede ampliarse entre allegados a estos votantes).


Iván Moschner


 


 


El material de la campaña


En relación con el balance de las elecciones del 24 de octubre, el Círculo de Palermo propone, desde estas líneas, acercar al resto del Partido una crítica que hemos debatido y decidido poner por escrito para su discusión.


Estamos de acuerdo con el balance electoral publicado en Prensa Obrera (N° 647, del 28 de octubre), aunque lo consideramos incompleto –y un poco abstracto–, en el sentido de que no explica de qué manera nuestra campaña se vio limitada por la errónea caracterización que tuvimos frente a la situación subjetiva de las masas trabajadoras.


Aunque no sabemos si constituye, o no, un producto surgido de la mala caracterización que el Partido asume, los compañeros de Palermo vimos en el afiche “Necesitamos una alternativa”, apenas salió, un material que no cerraba con lo que hubiéramos pretendido para la campaña. Creemos que nuestras consignas programáticas (“Reparto de las horas de trabajo”, etc.) no tuvieron el mismo alcance que la de “Necesitamos una alternativa”, difundida en un afiche que –si juntamos la consigna y la foto “relajada” del candidato– se evidenciaba como exageradamente electoralista. Nos mimetizamos, en lo que respecta al afiche en cuestión, con las campañas de los partidos patronales.


No estamos en contra de una campaña de afiches cuyo objetivo central sea imponer la imagen de los candidatos y una consigna lo suficientemente amplia como para captar votos de la pequeño burguesía progresista. Lo que sí creemos es que un afiche de estas características no debió ser el eje de la campaña propagandística, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades con que nos encontramos a la hora de divulgar nuestro programa que, como dice el artículo de Jorge Altamira, es la base de nuestra inserción en la clase obrera y de cualquier proyección electoral que sirva de sustento para un agrupamiento combativo.


Necesitamos una alternativa, sí; pero se debió haber publicitado mejor las razones por las cuales votar al PO era una forma efectiva para empezar a construir esa alternativa. Para lo cual debieron haberse destinado recursos que tendieran a mejorar las formas de propagandizar que tenemos nuestro programa: sacar un afiche de color explicando nuestro programa para las elecciones y –esto es importante– aprovechar al máximo los espacios gratuitos en TV (no lo hicimos: nuestro ‘spot’ era absolutamente anticuado, aburrido, inactual, y pasó completamente inadvertido).


Creemos que el Partido Obrero ha hecho una gran campaña y un inmenso esfuerzo militante. Confiamos en nuestra lucidez para que las próximas batallas electorales nos encuentren mejor preparados. Apelando, también, a la opinión de las bases para testear las estrategias.


Círculo de Palermo


 


 


Balance de Escobar


Sobre un total de 82.000 personas que votaron en el distrito de Escobar el pasado 24/10, Luis Patti obtuvo 35.000 votos a gobernador y 40.000 a intendente. Lo siguen el PJ con 17.000 y 14.000 y, en tercer lugar, la Alianza con 16.000 y 12.000, respectivamente. Hubo una fuga de votos aliancistas y del PJ en favor de Patti.


Los votos de Patti llegaron casi en un 50%, cerca de 16.000 votos, en Belén de Escobar, cabeza del distrito con una fuerte composición de clase media. Aquí, quintuplicó los votos de la Alianza y el PJ, tomados separadamente. Mientras que en Maquinista Savio, con mayor composición obrera, Patti se logra imponer al PJ por sólo 1.000 votos de diferencia: 4.098 Patti y 3.038 el PJ.


Esta diferencia entre Belén y Savio refleja también la diferencia en inversión del municipio: Belén es utilizada por Patti como ‘vidriera de su gestión’. Mientras Savio se encuentra abandonado a su suerte.


La más perjudicada fue la Alianza, con la fuga de votos. La Alianza (UCR-Frepaso) mantuvo una campaña de muy bajo perfil con relación a la disputa por la intendencia, siguiendo con su política de relaciones carnales con el pattismo.


Los votos del PO


En las elecciones de 1997 sacamos 1.446 votos en el distrito. En las recientes retrocedimos a 543. ¿Fracasamos? ¿Los 35.000 votos a Patti a gobernador y los 40.000 a intendente, demuestran que Patti puede, contrariamente a lo que decíamos en nuestra declaración política?


Con una deuda de 9 millones en el municipio, con las barriadas obreras sumergidas en el barro y el olor a podrido de las zanjas, y los trabajadores víctimas de la creciente desocupación, reafirmamos lo dicho: Patti no puede.


Claudio Vallori


 


 


El frente con esta seudoizquierda: ¿Avance o retroceso?


A los compañeros del PO:


Todos sabemos que dentro de la izquierda existen compañeros de un gran valor militante, pero lamentablemente sus direcciones están plagadas de burócratas, arribistas y pro-burgueses (que siempre han decidido unilateralmente tanto sus programas como sus posiciones en las listas). En el caso de que formemos un frente y no lleguemos a un acuerdo, lo más factible es que vayamos a una interna abierta y aquí va mi pregunta.


¿En el caso de que ellos ganen, nosotros debemos aceptar que compañeros como Altamira, Rieznik o cualquier otro luchador con una reconocida capacidad militante y moral revolucionaria puedan ceder esos espacios a burócratas como Etchegaray, De Leonardis, Giordano, Bazán, Patricia Walsh, etcétera?


Estos burócratas están desesperados por conquistar un espacio político y nosotros formando un frente podríamos facilitarles las cosas. Estos burócratas ya nos han traicionado más de una vez. Ejemplos: Walsh en el Inti; la izquierda santafesina llevando a un candidato patronal de las Apymes (J. J. Sisca); la concertación de la izquierda marplatense con la Alianza, el PJ, la patronal y el obispado; o la candidatura del burócrata Bazán en Córdoba, por citar algunos ejemplos de una larga lista.


Mi conclusión es que no debemos ceder ningún punto, tanto el programa como nuestros candidatos (verdaderos luchadores). En el caso de que lo hiciéramos sería un gran retroceso en cuanto a la consideración de los trabajadores hacia nosotros, ya que sumar por sumar no sirve.


Hernán Correa


Ituzaingó


 


 


Fraude


Compañeros del Partido Obrero:


En Prensa Obrera N° 647, “El Partido Obrero, a prueba”, el énfasis recae en “una i-nadecuada caracterización política” como causa del revés electoral del 24 de octubre. ¿Es así? Lo dudo.


A mi juicio, la causa estuvo en la falta o escasez de boletas en el cuarto oscuro de los locales afectados a la votación. Situación imposible de controlar por el accionar de patotas del PJ, partido que como la Alianza, disponían de grandes cantidades (como tuvieron el monopolio de los medios durante la campaña). De este hecho han dado cuenta los fiscales designados, al menos en los barrios del conurbano sur. Se impedía la labor de los fiscales y el labrado de actas denunciando este y otros hechos graves. Tampoco el correo las hizo llegar en la forma de rigor.


Las cifras oficiales asignadas, que Jorge Altamira toma como adversas, mal pueden ser veraces dadas en un marco semejante. Este planteo no emerge del texto de referencia.


A mi juicio, los hechos señalados configuran una derrota inducida por fraude y no un revés electoral. Son cifras sospechosas, demasiado, para tenerlas en cuenta a cuatro días de los comicios, elaborando a partir de allí un diagnóstico.


El texto de Jorge Altamira incluye temas de riguroso interés. Hay gente que jamás examina su conciencia. Frente a esto, la sola actitud autocrítica confiere una autoridad frente a quienes jamás se harán cargo de las consecuencias de uno solo de sus actos.


Inadecuada inserción en las masas. El desmantelamiento del parque industrial ocasiona dispersión, rasgo que impide la difusión y la acción organizada de respuesta a los problemas. El cautiverio social se ejerce con la exacción del salario y de los derechos de los trabajadores. Las comunidades cautivasde un sistema pueden comportarse de un modo no siempre previsible. Lo cual no significa una derrota de la razón.


En lo personal, suelo desconfiar de las caracterizaciones demasiado categóricas para fundar sobre ellas un pronóstico. No dejan de ser un modelo teórico que prueba su validez sólo en la práctica. Justamente para permitir la inclusión de variables antes no previstas.


Es lo que pasó en las elecciones. Si no hubo fraude, se trata de indagar las causas del resultado adverso. Si hubo fraude (y lo creo así), la causa de un resultado adverso es obvia y es una razón de peso para estar junto a los derrotados. En casos así, ser convocados a celebrar el éxito puede significar, también, estar muertos.


Un abrazo.


Ricardo Barros Arriola


Banfield, 16/11/99


 


 


“No encuentro la solución”


Veo el problema, pero no encuentro la solución. Las divisiones entre los partidos son la causa del retroceso.


Hay una derecha que no tiene problemas en unirse y una izquierda que en lugar de buscar los acuerdos para unirse, busca los desacuerdos para dividirse.


Hay que construir en la heterogeneidad.


¿Qué conciencia tenían en el ‘Santiagueñazo’? Como en Tucumán, salen a luchar por la zafra o los salarios, pero no cuestionan el poder político.


Edgar Padua


 


 


Consideraciones sobre el balance electoral


La frase “toda la izquierda ha sufrido un retroceso electoral el domingo pasado…” debemos entenderla en toda su magnitud. Por un lado, la izquierda obtuvo de conjunto su más alto porcentaje (3%) respecto de las presidenciales de 1989 (2,83%) y 1995 (1,60%), mientras que respecto de las legislativas de 1997, el retroceso es insignificante.


El verdadero retroceso se ubica en las presidenciales de 1995, respecto de 1989. Esto quiere decir que el desgranamiento electoral del peronismo pudo ser canalizado (o capitalizado) por la Alianza y no por la izquierda.


En la provincia de Buenos Aires, este retroceso aparece en toda su magnitud.


Estamos ante un planteo político y no de estadísticas.


El balance afirma que no hubo un giro derechista en las masas y convoca a evitar el impresionismo político. El balance utiliza un lenguaje muy sutil:”derechización del escenario”. Pero ¿qué llevó a la clase obrera a votar a dos derechistas como De la Rúa y Ruckauf, y aún a Cavallo?


La gente nos decía “yo no voy a votar a estos dos hijos de puta” (o epítetos parecidos), les voy a votar en contra; voto a Cavallo”, pero no a la izquierda.


Es decir, no nos ven como una herramienta capaz de imponer lo que pregonamos.


¿Qué huelga, qué sindicato en lucha, qué proceso de puebladas ha sido dirigido por la izquierda como para aparecer a los ojos de las masas como capaz de conducir un proceso que lleve a imponer el programa que pregonamos?


Con respecto a nuestra consigna de “reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario”, no he encontrado un trabajador que no acuerde, pero acto seguido te preguntan “¿pero cómo lo logramos, con estos dirigentes traidores que hoy tenemos, divididos?”. La respuesta es obvia.


Los trabajadores no tuvimos en todo el período pre-electoral, a pesar de que varias provincias estaban en plena lucha y puebladas, una acción de conjunto (un paro nacional) que dé confianza en nuestras propias fuerzas. Que demuestre que podemos, un acto de fuerza. Sin esto, se potencian todas las tendencias más conservadoras de las masas.


El papel jugado por las direcciones sindicales (y sobre todo por las combativas) ha sido demoledor. En el caso de las elecciones provinciales en Neuquén lo podemos ver con suma claridad: los dirigentes del CTA se jugaron públicamente… para que se vote a la Alianza.


Los trabajadores estatales y docentes, sin embargo, venían de hacer una experiencia concreta sobre la conducta antiobrera de la UCR y del Frepaso (verPrensa Obrera, Nº 634). Cuando se levantó finalmente la huelga indefinida, el sentimiento general quedó reflejado en una mariposa que se repartió masivamente y que decía: “Señor vecino, todos los diputados representan al sapagismo, no al pueblo. No los vote” (diferenciado mío).


¿Qué es esto sino un síntoma de una gran maduración política?


Pero en la última etapa de la lucha no se cansó de decir a los cuatro vientos: “nosotros no decimos a quién hay que votar, pero sí decimos que no hay que votar al MPN ni al PJ”? Es decir, un inocultable llamado a votar a la Alianza.


Y efectivamente, el resultado electoral mostró que estatales y docentes votaron en masa por la Alianza, y un sector del activismo por la izquierda.


Hoy el intendente aliancista de la ciudad de Neuquén comparte con Sobisch el plan de municipalizar el EPAS, sostiene la especulación inmobiliaria y apuesta a “una relación madura y constructiva”.


¿Qué es esto sino la “camisa de fuerza” de la que habla el balance?


El “punto central” es “este bloqueo que se manifestaba en la conciencia de todas las clases” y tuvimos “una inadecuada apreciación de este componente de la situación política”, por una “inadecuada relación con el movimiento de las masas (y) una insuficiente penetración en sus filas”.


No creo que podamos superar la prueba a que está sometido el Partido si no revolucionamos nuestra “larga experiencia teórica y práctica”, haciendo parte del Partido Obrero (en el sentido más general del término) a la vanguardia obrera y a toda expresión de la recomposición sindical que está en marcha.


El llamado “microclima izquierdista de la Capital” (y yo agregaría en el elemento más activo y sensible de la sociedad: la juventud y el estudiantado) pueden estar indicando que no sólo no hay una derechización política (aunque se haya optado electoralmente por la derecha) sino todo lo contrario.


En Neuquén este proceso se manifiesta en la recuperación de algunos organismos gremiales: la Junta Interna de Zanón, del Hospital, delegados de hipermercados que impusieron el pago de horas extras al 100% en sábados y domingos, etc.


En general, no somos parte de la gestación de estos movimientos, ¡éste es nuestro principal déficit!


En este sentido coincido con las conclusiones del balance: polo obrero clasista, etcétera.


Norberto Calducci


6/11


 


 


Mano negra en los comicios


El día 18 de octubre hicimos entrega en la sede del Correo Argentino, de Ezeiza, de 230 mazos de boletas de nuestro partido (tenemos nota de recibo con sello y firma del responsable). Si tenemos en cuenta que las mesas de votación de nuestro distrito fueron 217, no deberían haber faltado boletas del Partido Obrero en ningún cuarto oscuro. Sorpresa fue la nuestra cuando a las 8 horas del día de las elecciones nos encontramos que, en el 40% de las mesas (90), no estaban nuestras boletas. Es decir, que de los 230 mazos entregados, se colocaron en las bolsas para las urnas sólo 127, desechándose los 103 restantes. Nuestros fiscales pudieron salvar la situación en el 90% de los casos en el arranque de la votación y el resto en las 2 primeras horas. En la escuela Nº 10 faltaban boletas en 6 mesas (sobre nueve); en la escuela Técnica no había boletas en ninguna de las 5 mesas. También faltaron boletas de otros partidos (principalmente de los de izquierda), en algunos casos faltaron boletas durante todo el día; lo que consta en numerosas actas.


La situación mencionada se repitió en mayor o menor medida en toda la tercera sección electoral, no sabemos el resto de las secciones y provincias aún, aunque tenemos sospechas.


Lo cierto es que la Junta Electoral y el Correo Argentino (ahora en manos privadas) no garantizaron la libertad de elegir y aún no sabemos exactamente las causas. Por lo pronto, en las próximas elecciones habrá que exigir que los partidos puedan controlar lo que se hace en los respectivos correos. Lo otro es darle al zorro que cuide las gallinas.


Fabián Cañete, Partido Obrero de Ezeiza


 


 


Un voto con historia


Cuando inauguramos el local de Villa Corina hace dos años, dijimos que colocábamos el local “en el corazón” de un barrio de tradición peronista. En ese momento, el compañero que venía a dar la charla nos remarcó: “Ahora hay que ponerlo en la cabeza de los trabajadores”.


Creemos que en buena parte lo logramos y así lo demuestran los votos obtenidos el 24 de octubre en nuestra zona de influencia.


Se implantó el partido desde un local que cumplió distintas actividades, dando respuesta a las necesidades del barrio: un lugar para el festejo del cumpleaños de un chico, el campeonato de truco una vez por mes para pagar el alquiler, las charlas con las compañeras que permitió la salida de un número del Boletín “La Voz del Barrio”, con denuncias sobre el manejo de los punteros del intendente Alvarez, y un programa de reivindicaciones, que requerían soluciones urgentes.


Fue el lugar de reunión de los miembros de la junta vecinal, que paso a paso con los vecinos desbarataron la estafa que desde la intendencia, a través de la jefa de Tierras (Esquivel), se quería ejecutar ‘vendiéndoles’ a los vecinos sus tierras. Que organizó un padrón de desocupados (presentado en la intendencia) que arrojaba el 45% de desocupación en Unidad y Lucha. El planteo de los títulos de las tierras es el reclamo constante desde el primer día, hace ya más de 10 años, cuando comenzó el barrio.


En el local se reunieron también los familiares y amigos de los compañeros Aguirre y Quiroz, detenidos injustamente durante 5 años en Mendoza (su caso fue seguido desde Prensa Obrera), quienes conformaron una comisión con la cual realizamos desde una charla debate pública sobre el caso con los vecinos de Corina (de la misma participó el padre Farinello) hasta movilizaciones a la Casa de Mendoza con micros que salian desde el barrio, Estas movilizaciones fueron cubiertas por agencias de noticias (como Dyn) y fueron tapa de periódicos de Mendoza. Después organizamos actividades de denuncia a través de volanteos (por los familiares que viajaron a Mendoza) con el nuevo juicio a los compañeros, que concluyó con su sobreseimiento.


El local también convocó a todos estos compañeros en una despedida de año (1998) que concluyó con la intervención de uno de los familiares de esta”comisión por la libertad de Aguirre y Quiroz”, quien planteó que las victorias son posibles cuando tomamos los temas en nuestras manos, con organización y lucha.


Seguimos en el verano, clases de apoyo para los chicos, charlas sobre salud, adicciones, pic-nics, y así el local y el Partido ya eran parte de la habitualidad del Barrio. Nuestro trabajo se popularizaba y el proceso se fue profundizando, no sólo a través de nuestros piqueteos de la prensa y volanteos, tanto en Unidad y Lucha como en el otro sector de Villa Corina, sino también con la posición política pública que iban asumiendo los compañeros: participando en las convocatorias del Partido, hasta aceptando las candidaturas, para las que sacamos cartas y volantes explicando por qué había que votarlos, convocando a sus vecinos a ser fiscales y agrupando a través de las pintadas y aficheadas a todo un grupo de jóvenes que sostuvieron y defendieron las paredes porque, como decían ellos, “las paredes son nuestras”. Así tuvieron que venir a negociar con nosotros las otras dos fuerzas que pintaban en el barrio: Pico 1200 (PJ) y Herminio Iglesias.


Como planteábamos durante la campaña electoral: “La lucha es antes, durante y después del 24 de octubre”. Por eso nuestra tarea debe ser constante, creativa, todavía nos falta llegar a muchos trabajadores del barrio de la misma manera en que llegamos a esto. Gran parte de los vecinos de Corina vio una salida para los trabajadores, la alternativa que desde las listas del PO le ofrecían los compañeros que estuvieron al frente de las luchas.


Pero esta conclusión no surgió de la noche a la mañana, fue y es un proceso de comprensión y evolución de los vecinos hacia el partido y del partido para con estos trabajadores que nos ponen a prueba día a día.


Norma – Villa Corina-Avellaneda