Políticas

30/10/2003|823

Balance de las elecciones en Mendoza

La Ucr retuvo el gobierno con el 43% de los votos emitidos. De esta forma se consolida la figura del actual gobernador, Roberto Iglesias, como referente obligado de un partido que se desplomó en casi todo el país.


El PJ, que según las encuestas era el seguro ganador, con el apoyo explícito de Kirchner, sólo alcanzó un 35%, profundizando su crisis en medio de “pases de facturas” entre sus caciques (y dando una señal de lo que puede ser el principio del fin del “huracán K”).


El Partido Unión y Libertad, apadrinado por Rodríguez Saá, quien en abril arrasó en la provincia con el 40%, cayó abruptamente al 1,59%.


Por su parte, el Partido Demócrata (el grupo Moneta-Vila) terminó con el 9%. Gustavo Gutiérrez, que presentó su candidatura bajo la personería del Ari, obtuvo el 4%.


La tendencia nacional de rechazo pasivo al régimen a través de la abstención y el voto en blanco, no tuvo la dimensión que mostró en el resto del país. Votó el 73% del padrón y sólo 3% lo hizo en blanco o nulo. Tampoco se dio en la provincia ningún fenómeno “antipartidos”, ni de “izquierda” ni de derecha.


El triunfo radical


Las elecciones se dieron en un marco de relativa reactivación económica, con un aumento considerable en los ingresos por exportaciones, regalías petroleras y turismo. Esta reactivación no ha influido para nada en las condiciones de vida del pueblo trabajador, pero ha permitido un respiro para la numerosa pequeño-burguesía provincial.


El desarrollo de un movimiento popular se expresa hasta ahora en algunos procesos de organización y luchas salariales aisladas, con el grueso del movimiento obrero enchalecado por la burocracia sindical y un movimiento piquetero que recién ahora, y ligado al crecimiento del Polo Obrero, comienza a tomar forma. Los aparatos partidarios de la burguesía, y en particular el que maneja el Estado provincial, siguen sometiendo la voluntad de amplios sectores sumergidos de la población a través de su red de punteros.


Centroizquierda en picada. Crecimiento de la izquierda


Al fracaso del Ari (bajó del 8,5% en abril al 4%) se suma el más estrepitoso del “Frente Amplio del Trabajo y la Producción”, frente del Partido Socialista con el otrora poderoso Partido Comunista mendocino, que apenas obtuvo 8.500 votos (1,13%) cuando en abril el Partido Socialista, solo, había tenido más de 8.400. Este resultado se dio a pesar de una campaña publicitaria de mucha envergadura, pero que resultó ineficaz para ocultar la impotencia de quienes apoyan en nombre del progresismo a un gobierno que aplica la política dictada por el FMI con el “Código Penal en la mano”.


El mismo problema tuvieron los “hombres de Kirchner”, tal como se presentaron los candidatos del Polo Social, con 4.900 votos (0,65%); un resultado que les hace perder su representación parlamentaria, al igual que en el caso del Partido Socialista.


Tomada de conjunto, la izquierda obtuvo 16.000 votos (2,12%) para gobernador.


El Partido Obrero subió de 3.500 (0,42%) en abril, a 5.600 (0,75%).


El Pts, que en las últimas elecciones en las que se presentó (octubre de 2001) había obtenido 9.000, bajó a 5.900 (0,78%).


El Mst, que junto al PC había obtenido 8.000 votos en abril (cuando eran “Izquierda Unida”), sacó ahora 4.400 (0,58%)


El balance del PO


La intensa campaña del Partido Obrero nos sirvió para lograr los objetivos propuestos.


El rol jugado por el conjunto del Polo Obrero fue muy grande. Marcamos una importante presencia en todos los barrios donde el Polo desarrolla su actividad.


La presencia del partido en la calle fue clave para ligarnos a sectores en lucha, como los cartoneros que enfrentan la política represiva del municipio Capital y compañeros desocupados de YPF que reclaman el pago de la propiedad participada.


En cuanto al resultado electoral, el Partido Obrero aparece como el único partido de izquierda que muestra un crecimiento sostenido (2.600 votos en 1999, 3.500 en abril de 2003 y ahora 5.600 votos ÿ5.800 para senador y diputados).


Pero más importante que el crecimiento electoral resulta el notorio desarrollo de la capacidad de movilización del partido, que con su acto electoral y posterior marcha al consulado de Bolivia, con casi 300 compañeros, demostró ser la organización de lucha de la clase obrera más importante de la provincia.