Políticas

25/11/1999|649

Balance y perspectiva

En las elecciones de la Capital, la Alianza obtuvo el 51,94% de los votos, con lo cual perdió, para diputados, 7 puntos en relación con las elecciones del ‘97. Acción por la República mantuvo casi exactamente su 17%. El justicialismo ‘oficial’ (menemista) cayó al 9% y obtuvo un solo diputado. Pero la fórmula Duhalde-Ortega presidió varias boletas, por fuera del PJ. Claudia Bello fue con el derechista partido Nacionalista Constitucional; Telerman–Irma Roy, en la boleta de Pais; la Ucedé de Crespo Campos y hubo una de Jubilados en Acción. La suma de todas estas fracciones da un aumento de tres puntos respecto de las mismas siglas en el ‘97.


El voto a la izquierda, considerada de conjunto, también ganó 3 puntos: pasó del 4 al 7%. Se observa que el voto a la izquierda, también al PO, sube, relativamente, en barrios de clase media respecto de elecciones anteriores.


En el campo de la derecha, la fractura producida en el peronismo acicatea las más variadas combinaciones, con vistas a las próximas elecciones de la Capital. Menemistas seducen a Cavallo, duhaldistas a Beliz e incluso un sector de Scioli sueña con una recomposición justicialista desde cero, en lucha contra los dos (Clarín, 28/10).


En cualquier caso, el campo Cavallo-Beliz-PJ, en primera o segunda vuelta, aparece como una amenaza seria a la Alianza y a la candidatura de Ibarra, en la línea del polo derechista que encarna Ruckauf. Lo que, a su turno, plantea la posibilidad de una fuerte polarización de la elección.


Para enfrentar a ambas variantes, derechista y centroizquierdista, importará la acción de De la Rúa y de Ruckauf en los próximos seis meses y, en especial, la política de la burocracia de los sindicatos, en especial de ATE y docentes, frente a la flexibilización laboral que se ha lanzado a imponer la Alianza. De acuerdo con estas circunstancias, será necesario ganar para una lucha política clara al activismo combativo de la Capital.