Balotaje: un episodio de la interna justicialista, no la victoria de una oposición impotente

Comunicado de prensa

La victoria descontada de Macri en el balotaje representa, antes que una manifestación del progreso de la oposición de derecha al gobierno, un incentivo al realineamiento interno del aparato justicialista del gobierno, que refuerza a gobernadores e intendentes bonaerenses con una comunicación cada vez más fluida con esa oposición. Asistimos a un fenómeno de pinzas entre la derecha opositora y la derecha oficial para encaminar el proceso político hacia el abandono del régimen de emergencia económica que prevalece desde 2001 y del método del gobierno por decreto y de vetos que caracteriza a la gestión actual.

Macri carece de proyección nacional, incluso si consideramos los resultados de Santa Fe, cuyo candidato fue un instrumento del justicialismo provincial contra la candidatura de Agustín Rossi. Al kirchnerismo le queda la alternativa de cabalgar este proceso, procediendo a normalizar relaciones con el Club de París y el FMI, y a seguir con la liberación de las tarifas congeladas, por un lado, o atrincherarse en la metodología de la emergencia y del gobierno por decreto y a monopolizar los medios de publicidad, por el otro. O se suma a la tendencia que marca el empresariado y el capital internacional a ‘normalizar’ la economía y a ‘dialogar’ con una parte de la oposición -para rearmar el frente con gobernadores e intendentes bonaerenses- o acentúa su régimen de camarilla con la expectativa de jugar a la Presidenta en una elección plebiscitaria. La victoria de Macri es funcional a los sectores internos del peronismo, como Scioli y el aparato del conurbano, que operan para favorecer la primera opción.

Está en desarrollo una transición política que acentuará la penuria de los sectores populares y que prepara un enorme ascenso de la izquierda que actúa con independencia de ambos bloques políticos. Esta transición refracta la influencia de la crisis mundial en Argentina.

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