Políticas

14/5/2020

Bariloche: el costo de la crisis recae sobre los trabajadores

Un informe de la grave situación que los trabajadores están viviendo en la ciudad.

A mediados de abril el secretario de Hacienda de la municipalidad de Bariloche, Diego Quintana, manifestó que “el asalariado puede resignar una parte de su sueldo, ante la imposibilidad de gastarlo en otra cosa, dado que está en cuarentena”. Y como si fuera poco agregó que “quizá pueda resignar una parte porque va a privilegiar seguir formando parte del sistema”.


Consecuente a esto, la liquidación de los sueldos de abril, realizada a principios de mayo a los trabajadores municipales de Bariloche, contó con un descuento de $2.000. El intendente Genusso adjudicó esto a un error e “instruyó que se realice un sumario investigativo para determinar las causas del faltante en la liquidación que realizara el Departamento de Sueldos, dependiente de la Dirección de Contaduría”. Sin embargo, pasados diez días del mes de mayo los sueldos no habían ni siquiera sido depositados. El Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (Soyem) anunció que tomarán medidas de fuerza.


El pacto CGT–UIA-gobierno se homologó por la Uthgra (gastronómicos, Barrionuevo), la Asociación de Hoteles de Turismo y la Federación Empresaria Hotelero Gastronómica de Argentina, y en Bariloche se aplicó con celeridad. Los empresarios hoteleros y gastronómicos realizaron una reducción del 25% de los salarios a sus empleados a partir de abril. Se estima que unos 15 mil trabajadores locales fueron perjudicados por este recorte. Para “compensar” la entregada, la Uthgra anunció un pedido de ayuda de $10.000 para trabajadores temporarios de 27 establecimientos hoteleros y gastronómicos de la región. Hasta el momento el gremio había logrado empadronar 1.230 trabajadores, aunque el subsidio prometido no aparece.


El paro nacional de transporte anunciado por la UTA para el pasado 12 de marzo fue replicado en Bariloche por los trabajadores de las empresas Las Grutas y Mi Bus. Los trabajadores de Mi Bus cobraron el 50% del salario del mes de abril, mientras que los 130 trabajadores de Las Grutas solo cobraron $10.000. A la espera de la reunión nacional entre el gremio, Fatap y el Ministerio de Transporte y Trabajo de Nación, el paro de transporte continúa.


La crisis de la actividad turística y el impacto en los barrios


Tampoco se vislumbra una alternativa de fondo para afrontar los problemas de la economía local, golpeada por la nula actividad turística de la cual dependen una enorme cantidad de trabajadores formales, informales y temporarios. Los empresarios del turismo presionan al gobierno municipal y provincial para retornar a la actividad, comandados por Capsa, la empresa concesionaria del centro de esquí del cerro Catedral. La apuesta de estos empresarios estaría en el turismo regional, pero lo cierto es que la temporada invernal siempre estuvo sostenida por los turistas provenientes de las principales ciudades del país y del exterior. Otros -más realistas- apuntan a “aguantar” hasta la temporada de verano. Lo cierto es que, si el nivel de actividad de la temporada invernal marca el ritmo de la economía de Bariloche para todo el año, el horizonte que se vislumbra a mediano plazo es preocupante.


Mientras sigue la avanzada contra las condiciones de vida de los trabajadores, en Bariloche se presentó un nuevo rebrote de casos de Covid-19 concentrados en la zona más pobre de la ciudad. No obstante, las medidas de aislamiento se van alivianando sin que haya cambios significativos en infraestructura sanitaria ni mejora alguna en las condiciones laborales del personal de la salud. El gobierno es incapaz de garantizar las condiciones de higiene y aislamiento necesarias en los barrios donde está la población más vulnerable, porque sus condiciones de vida son sumamente precarias. En la mayoría de los casos se trata de trabajadores informales sin ingresos desde la implementación del aislamiento social. Con hambre no hay cuarentena.


En los barrios obreros se siente mucho el parate de las obras públicas, como la extensión de la red gas, y las obras privadas. Vale mencionar que muchas familias pasarán otro invierno bajo cero con precarios sistemas de calefacción. En contexto de detenimiento casi total de la actividad, los trabajadores de la construcción sufrieron recortes salariales y despidos, amparados por el gobierno y las burocracias sindicales. También se encuentran en una situación crítica los trabajadores de las chocolaterías, que involucra a 2.000 personas y elabora unas mil toneladas de chocolate al año, quienes además de sufrir recortes de salarios, a muchos los obligaron a renunciar para ser recontratados, pero, esta vez, bajo peores condiciones laborales. Está claro que las patronales, en connivencia con los gobiernos y las conducciones sindicales serviles, imponen su salida de la crisis en curso. En este esquema, los empresarios del turismo, hoteleros y gastronómicos buscan conservar sus ganancias, resultando los obreros, una vez más, los convidados de piedra.


En este contexto, resulta necesario que la clase obrera ponga en agenda, con sus métodos, las reivindicaciones más urgentes. La única forma de enfrentar la ofensiva del gobierno y las patronales es mediante la acción directa de los trabajadores. Los ejemplos de los trabajadores de SKF y el Sutna, sumado a la jornada nacional del Polo Obrero y las organizaciones de desocupados, y el paro de los trabajadores de las apps de reparto, entre otros, muestran que el camino es la organización independiente de la clase obrera para frenar la avanzada del gobierno y la burguesía contra sus intereses.