Hace aproximadamente un mes, se hizo público que se han reanudado los movimientos de obra en el predio donde se instalaría la base norteamericana, actividad que había sido suspendida luego del masivo rechazo generado por la movilización de la Multisectorial “No a la base yanqui”. De inmediato presentamos un pedido de interpelación al Ministro en jefe de Gabinete, Sebastián González, para que explique los avances de la instalación, financiada por el Comando Sur de los Estados Unidos, con el pretexto de la ayuda humanitaria.

La comisión que debe tratar el proyecto lleva cuatro sesiones que es suspendida o la dejan si quórum.

Los tiempos han cambiado

En 2018, bajo el gobierno macrista en la ciudad y en el país, se logró una gran movilización, precedida de una declaración con más de 60 organizaciones firmantes y una caravana que llegó hasta el predio de la autovía norte, donde se realizó un acto de rechazo.

El debate en su momento estalló en el Concejo Deliberante de Neuquén Capital, y fue la entonces concejala del MPN, Vanina Merlo, la vocera oficial de la recepción de una delegación oficial del gobierno de los Estados Unidos, que vino a impulsar la concreción de la obra, presentándola como un Comité de Emergencias para ayuda y apoyo a Defensa Civil Provincial, bajo el eufemismo de una “ayuda humanitaria”. Merlo, actualmente ministra de Seguridad de la provincia, no se ha referido al tema a pesar de la denuncia que realizamos desde la bancada del Frente de Izquierda y que tuvo repercusión en los medios.

Hoy, el MPN recuperó el gobierno de la ciudad y es el Frente de Todos quien gobierna a nivel nacional. Y a nivel internacional, Trump dejó el gobierno y fue sucedido por Biden, un amigo político de los Fernández. Ahora, hasta un sector de los “K” son, incluso, abiertos socios políticos del MPN e integran el gabinete de la ciudad donde la base pretende erigirse.

Los “nac&pop” que se arrogaban una posición antiimperialista cuando gobernaba Macri a nivel nacional y “Pechi” Quiroga en la ciudad, parecen anestesiados del frenesí de antaño, pese a que esta base constituye un nuevo ataque a la soberanía nacional, como parte del avance de la injerencia imperialista en la región, por exigencia de las multinacionales del negocio hidrocarburífero; y a que apunta a desplegar un vasto y aceitado aparato de espionaje y represión de la protesta social, ante los picos de miseria y desocupación, que ponen a nuestro país en la perspectiva de las grandes rebeliones que recorren América Latina y el mundo.

A pesar de que los objetivos de la base yanqui son los mismos que antes, se retoman las iniciativas de ejecución. Esto en medio de una profundización de la guerra comercial y la disputa por el espacio aéreo entre China y Estados Unidos (ya está instalada en Quintuco, en el centro de la provincia, la base militar china, con el pretexto de objetivos científicos-espaciales).

En 2018 y hoy, el Comando Sur de los Estados Unidos es una institución integrada y conformada por varios organismos militares de EE.UU (Ejército, Fuerza Aérea, Marina) que se encarga de la intervención en zonas de alto interés para el imperialismo, responsable de las masacres e invasiones en Afganistán e Irak, entre otras.

El Partido Obrero-Frente de Izquierda Unidad impulsa el más enérgico rechazo a la base y promueve las acciones de lucha independientes de frente único para su retiro definitivo. La Multisectorial “NO a la Base Yanqui” debe tomar nota del papel jugado por todas las fuerzas políticas en este asunto. Porque la Comisión que debe tratar nuestro proyecto, que preside Juntos por el Cambio, ha sido suspendida dos veces. Y otras tantas son el MPN- sus colectoras- y el Frente de Todos los que no dan quórum.

Nuevamente, las banderas antimperialistas están en manos de la clase obrera y la izquierda, no de quienes entregan los recursos nacionales a las multinacionales y se arrodillan ante Biden y el FMI.

Fuera las bases imperialistas de Neuquén y Argentina. Por el gobierno de los trabajadores y los Estados socialistas de América Latina.