Políticas

23/6/2016|1416

Bertone aplica el fallo de la Corte contra la huelga

En una resolución reciente, el Ministerio de Trabajo de Tierra de Fuego se sirvió del fallo de la Corte Suprema en el caso Orellano para atacar la huelga de los trabajadores de la provincia


En una resolución reciente, el Ministerio de Trabajo de Tierra de Fuego se sirvió del fallo de la Corte Suprema en el caso Orellano para atacar la huelga de los trabajadores de la provincia.


 


La huelga y las principales acciones vienen siendo coordinadas por la Unión de Gremios, conformada por el Sutef (docentes), Seom, Afep, Sejup, Apoc, entre otros sindicatos. Con la firma del secretario de Asuntos Gremiales, José Luis Alvarez, el Ministerio de Trabajo provincial declaró ilegal la huelga en curso.


 


Siguiendo (y profundizando) el razonamiento del fallo de la Corte, el gobierno kirchnerista de Bertone dice que la Unión de Gremios, al no estar reconocida como sindicato, federación o central, no existe, y que, por lo tanto, no puede llamar a medidas gremiales.


 


La resolución va más allá: plantea que la CTA no puede convocar a medidas de fuerza, porque existen sindicatos de base y la central sólo podría actuar en tanto no existan sindicatos de base. O sea, nunca. Sin el menor pudor jurídico, iguala a la CTA -a la que reconoce formalmente su existencia-, con la Unión de Gremios, denominada en la resolución como “jurídicamente inexistente”.


 


Para subrayar su carácter antihuelga, la resolución señala que quienes se adhieran a las medidas convocadas por la Unión de Gremios van a sufrir “consecuencias negativas”. 


 


La resolución del ministerio laboral también apunta que los sindicatos no pueden “atacar leyes ni actividades legislativas que son constitucionalmente válidas”. “Constitucionalmente válido” también es el derecho a la protesta, que el ministerio en cuestión borra de un plumazo.


 


La persecución contra los trabajadores les costó la libertad a cinco compañeros, dirigentes de la huelga fueguina. Tras mantenerlos incomunicados por 50 horas, fueron excarcelados bajo un régimen de “libertad vigilada” para restringir su actividad sindical.


 


Dos semanas más tarde, la policía desalojó a palazos el acampe frente a la Casa de Gobierno e incendió las carpas. Los fueguinos, sin embargo, se mantienen en pie de lucha a pesar de la extorsión.


 


Basta de perseguir a los que luchan.