Políticas

1/2/1994|411

Bocon: Basura para los jubilados, estrella para los privatizadores

En pocos días, el precio de los bonos previsionales (Bocon) con que el gobierno “canceló” la deuda con los jubilados se fue por las nubes, lo que mereció su distinción por los diarios financieros de bono-estrella. Al fin, los jubilados se benefician de la “magia del mercado”, exclamaron en la Bolsa.


La realidad es bien diferente. Hace pocas semanas, el ministerio de Economía estableció “un esquema de rescate de Bocon diferente al que se estaba aplicando… En lugar de fijar el precio al que reconocerá los bonos, Hacienda estableció un coeficiente de equivalencia, el que sería aplicado sobre el valor actualizado del capital más los intereses” (Página 12, 14/1). Este coeficiente se aplicará sobre los bonos que se ofrezcan en las próximas privatizaciones.


“Los jubilados no fueron tratados de la misma manera por los técnicos de Economía en la subasta de YPF”, pues no se les reconocieron los intereses de los Bocones. Tampoco se les reconocieron los intereses cuando se pagaron los 1.560 pesos, todo lo cual le permitió al gobierno birlarle 200 millones de dólares a los jubilados por los intereses no reconocidos.


“Este criterio —prosigue Página /12— no fue el que se utilizó en la venta de Piedra del Aguila ni el que se implementará en las privatizaciones que restan. En estos casos, el Estado sí reconocerá los intereses corridos…”. Ni lentos ni perezosos, varios pulpos iniciarían juicios al Estado para que se les reconozca un mayor precio a los Bocones ya entregados. Los jubilados se fueron desprendiendo de los Bocones cuando se rescataban sin  intereses, lo cual lo planchaba como un bono basura, con una pérdida de valor del 40%. Ahora que gran parte de sus títulos los adquirieron los grupos privatizadores, Cavallo se acuerda de modificar su forma de rescate de manera de incluir los intereses. Se explica entonces por qué los pulpos consideran a Cavallo un “buen técnico” y el PO lo califica de estafador.