BOTNIA Y EL INTI | El Ingeniero Martínez se desdice

En menos de una semana se puso en evidencia el operativo político que llevó a cabo Enrique Martínez, titular del Inti, con sus conclusiones antojadizas acerca de la supuesta no contaminación de la pastera Botnia. Cualquier lector del “informe preliminar” se daba cuenta de que era imposible inferir del mismo lo que Martínez aseveraba.

Dichas conclusiones, coincidentes con la ofensiva del gobierno contra el movimiento ambientalista de Gualeguaychú, produjeron gran revuelo tanto fuera como dentro del Inti. El escándalo llevó a que Martínez desmintiese, a los pocos días, que Botnia no contamina, dando diversas excusas -una más pueril que otra- queriendo explicar que no había dicho lo que sí había dicho.

Así, por ejemplo, en una de sus últimas declaraciones el ingeniero expresó en relación con los índices de dioxina: “Si los índices llegasen a duplicarse, entonces sí me preocuparía”, dejando abierta la “posibilidad” de la contaminación tras negarla a principios de año (La Nación, 27/1).

Para colmo de males, en el medio del revuelo, se produjeron desde la pastera nuevas emanaciones nauseabundas durante varios días, registrándose cerca de 1.000 denuncias -según Lagaceta.com, 29/1-, con actas donde constan “irritación de ojos, nariz y garganta y náuseas” a causa de las inhalaciones de este lado del río Uruguay, las cuales técnicos especializados identificaron con las características y olor del ácido sulfhídrico. Si estas acciones no produjeron “ningún problema para la salud de las personas”, como dijo Botnia, habría que aclarar qué es lo que se entiende por problemas para la salud. Estas reiteradas emanaciones refuerzan las expresiones de los entendidos en el sentido que los elementos más contaminantes (como las dioxinas) hay que buscarlas en el aire y no en las aguas del río.

En todo este proceso de mentiras y recules, Martínez llegó a promover una suerte de extorsión por la cual quien lo criticase estaría cuestionando la idoneidad y honestidad de los técnicos y profesionales del Instituto, aunque sin mayor éxito en lo que fue una clara maniobra dirigida a provocar confusión y divisiones.

Lo que comenzó como un operativo político, tergiversando los primerísimos datos de un informe técnico sobre las aguas del río Uruguay, terminó obligando al declarante a desdecirse en toda la línea como fruto de la reacción de los asambleístas de Gualeguaychú y de trabajadores del Instituto.

Está planteada la necesidad de una gran actividad en el Inti con la participación de los asambleístas y organizaciones de lucha y ambientalistas. Los trabajadores del Inti estamos del lado gran causa nacional contra las pasteras y todos los pulpos contaminadores, no del lado de Martínez y los cómplices-encubridores de la degradación ambiental.

Circulo de PO del Inti