Al otro día de las elecciones del 28 de junio, el gobierno, tanto el municipal como el provincial, saliço con los tapones de punta para evitar la continuidad de los cortes de ruta que conmovieron la zona norte de la provincia durante toda la campaña electoral.

Así fue que en la madrugada del 29, la Infantería de la policía de Santa Cruz desalojó a palazos a un grupo de 30 nuevos desocupados que pretendía cortar la ruta en reclamo de puestos de trabajo. Esa misma mañana, los compañeros de Empasa se movilizaban a los costados de la ruta para “acompañar” las negociaciones en la Subsecretaría de Trabajo, y se encontraron con un “piquete” de policías que les impidió el paso y corrió con palos y piedras a los manifestantes.

A instancias del Polo Obrero, ese mismo día se organizó una marcha de repudio a la
represión, junto a los trabajadores de Empasa, el grupo de desocupados Libertad y delegados de ATE y de la CTA de Caleta Oivia. La misma marcha se repitió al día siguiente con la participación de más de 300 compañeros.

El gobierno instaló un “destacamento permanente” al ingreso a la ciudad, sobre la ruta 3, en el lugar donde se llevaron a cabo los últimos piquetes.

El jueves 9 de julio, en el local de ATE, se realizó una conferencia de prensa. Como parte del plan de lucha, el sábado 11 se llevó a cabo una radio abierta y una volanteada en el Gorosito, con la presencia de casi un centenar de compañeros.

Esta unidad expresada en la lucha y el acampe, que intenta poner freno a la intención del gobierno de descargar la crisis capitalista en las espaldas de los trabajadores y desocupados, levanta un programa de cinco puntos:

* Basta de represión. Fuera la Infantería y la Gendarmería de Santa Cruz.
* Trabajo genuino para todos los desocupados.
* Aumento salarial de 40% para todos.
* 82% móvil para todos los desocupados.
* Nacionalización del petróleo y demás recursos naturales.

Omar Latini