Políticas

12/8/2004|863

Caleta Olivia o el FMI

Cuando Kirchner y Lavagna se disponen a pagar en efectivo la deuda con el FMI, se impone que reflexionemos sobre lo que ocurrió en Cale­ta Olivia.


Que ese pago no es el fruto de una decisión improvisada lo prueba el hecho de que, para ello, fueron acumulan­do los 2.000 millones de dóla­res en una cuenta del Banco Nación.


Es un pago para sanear el estado de bancarrota del Fondo, cuyos créditos inco­brables a diversos Estados alcanza al 60% de su car­tera.


Kirchner y Lavagna desti­nan nuestros recursos para salvar al banco de los ban­queros, cuando entre noso­tros reina la desnutrición in­fantil.


Es para darle aire legisla­tivo a este saqueo que Kirch­ner y Duhalde volvieron a hacer las paces.


En el régimen político de los grandes capitalistas no hay puntada sin hilo.


En Caleta Olivia, por el contrario, un grupo de vale­rosos piqueteros obligó a las petroleras a firmar cien con­tratos de trabajo que se regi­rán por el convenio colectivo de la rama.


En la empresa pesquera de la ciudad lograron un au­mento de salarios.


Porque se jugaron, conta­ron con el apoyo del pueblo, que tuvo que sobreponerse a la presión del Municipio, de la Gendarmería, del cura y de los pulpos.


Más de cien familias vol­verán a comer con sus sala­rios a costa de los beneficios de los monopolios.


El año pasado, también en Caleta, las mujeres piquete­ras, hoy obreras petroleras, habían marcado rumbo con una ocupación de las empre­sas.


¿Cuál es la salida?


¿La de salvar al FMI con la vida de los niños o la de crear trabajo mediante una acción compulsiva contra los capitalistas?


Si la salida es una y no la otra: ¿quién debe, entonces, gobernar?


¿Quién tiene más capaci­dad histórica de gobierno —el que saquea al país o el que le abre un futuro a los que tra­bajan?


Cuando desde los medios de comunicación se propagandea la “fragmentación de los piqueteros”, desde estas páginas llamamos a la unidad social y política de todos los que luchan, para superar al capital.