Caleta Olivia o el FMI
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Cuando Kirchner y Lavagna se disponen a pagar en efectivo la deuda con el FMI, se impone que reflexionemos sobre lo que ocurrió en Caleta Olivia.
Que ese pago no es el fruto de una decisión improvisada lo prueba el hecho de que, para ello, fueron acumulando los 2.000 millones de dólares en una cuenta del Banco Nación.
Es un pago para sanear el estado de bancarrota del Fondo, cuyos créditos incobrables a diversos Estados alcanza al 60% de su cartera.
Kirchner y Lavagna destinan nuestros recursos para salvar al banco de los banqueros, cuando entre nosotros reina la desnutrición infantil.
Es para darle aire legislativo a este saqueo que Kirchner y Duhalde volvieron a hacer las paces.
En el régimen político de los grandes capitalistas no hay puntada sin hilo.
En Caleta Olivia, por el contrario, un grupo de valerosos piqueteros obligó a las petroleras a firmar cien contratos de trabajo que se regirán por el convenio colectivo de la rama.
En la empresa pesquera de la ciudad lograron un aumento de salarios.
Porque se jugaron, contaron con el apoyo del pueblo, que tuvo que sobreponerse a la presión del Municipio, de la Gendarmería, del cura y de los pulpos.
Más de cien familias volverán a comer con sus salarios a costa de los beneficios de los monopolios.
El año pasado, también en Caleta, las mujeres piqueteras, hoy obreras petroleras, habían marcado rumbo con una ocupación de las empresas.
¿Cuál es la salida?
¿La de salvar al FMI con la vida de los niños o la de crear trabajo mediante una acción compulsiva contra los capitalistas?
Si la salida es una y no la otra: ¿quién debe, entonces, gobernar?
¿Quién tiene más capacidad histórica de gobierno —el que saquea al país o el que le abre un futuro a los que trabajan?
Cuando desde los medios de comunicación se propagandea la “fragmentación de los piqueteros”, desde estas páginas llamamos a la unidad social y política de todos los que luchan, para superar al capital.