Camino Popular, kirchnerismo más 300 pesos

La "sociología" al servicio del capital

Joaquín (UJS Sociales)

El gobierno nacional resolvió elevar el salario mínimo a 3.300 pesos (3.600 para febrero de 2014), en una medida que el propio Tomada calificó de "electoralera", aunque habría que precisar que lo que se ofrece a los electores no es ni la mitad del costo de una canasta familiar. Sin embargo, lo llamativo en este caso ha sido la reacción del candidato a senador por Camino Popular, Claudio Lozano, quien declaró en su página web que "el salario mínimo debiera ser hoy no menor de 3.900 pesos". La diferencia, como se ve, es bastante exigua. ¿De esto hablaban con el insulso slogan de "caminar distinto"? ¿Se trata de patear con tres gambas más en el bolsillo?


La cifra arbitraria y miserable con la cual los caminantes populares se quieren diferenciar del kirchnerismo (lo que no hace otra cosa que delatar su orientación social común), "no es una cifra antojadiza". Se nos pretende persuadir de esto mediante la explicación de que "es la consecuencia de aplicar al valor actual la Canasta de Consumo Promedio Familiar que releva la Encuesta de Gastos de los hogares y el porcentaje que históricamente tuviera el salario mínimo sobre la misma" ¿Qué tenemos por aquí? El compañero Lozano saca de la galera un supuesto justificativo "sociológico" (¡"el porcentaje que históricamente tuviera"!) para autorizar la miseria de las familias trabajadoras en beneficio del capital. Su programa de "Pobreza Cero" no es otra cosa que la aspiración al nivel "histórico" en el que los capitalistas han esquilmado a los trabajadores.


El salario mínimo no debe estar basado en el grado de explotación "tradicional" de la clase obrera argentina, ni en un "porcentaje" sobre el consumo promedio (recordemos que el consumo promedio está conformado por una mayoría que tiene ingresos de pobreza ¡a lo que todavía se pretende deducirle un porcentaje!). El salario mínimo debe ser equivalente a la canasta familiar, entendida como el derecho del trabajador a todos recursos materiales, sociales y culturales necesarios para reproducir su vida material y moral (hoy no menor a 8.000 pesos). De no ser así, el efecto es un dominó que tira hacia abajo todas las remuneraciones, incluidas las de los trabajadores más calificados. Lo que está planteado en este punto, como en todos los demás, es cómo nos paramos frente a la lucha entre dos clases sociales. Por un lado, estamos quienes luchamos por transformar a fondo las condiciones de vida del pueblo trabajador; por el otro, tenemos a los que pretenden conservar esas condiciones de vida en grados de explotación "aceptables". Reforcemos el voto al Frente de Izquierda, que es el único que defiende una perspectiva propia de los trabajadores.