CAMPO QUIJANO | Los despidos y la contaminación tienen un mismo responsable
Seguir
Desde principio de año, la Minera Santa Rita ha despedido a 36 trabajadores en Campo Quijano, a poco más de 20 kilómetros de la capital salteña. Ahora intenta poner en funcionamiento una planta de ácido sulfúrico a pocos metros de la población, donde también se encuentra la planta de ácido bórico. Para justificar los despidos recurrió al ‘procedimiento de crisis’. Los argumentos para la instalación de la planta de ácido sulfúrico son que la planta generará nuevos puestos de trabajo sin contaminar.
La empresa Santa Rita miente: ha tenido ganancias extraordinarias y producción récord el último año. Los 36 despidos se han compensado con el sobreesfuerzo de los compañeros que han quedado en la planta. Los nuevos puestos de trabajo serán a lo sumo nueve. ¡Que reincorporen a los 36 despedidos!
La peligrosidad de esta producción a pocos metros del poblado ha sido demostrada por los vecinos de otras ciudades, como Palpalá (Jujuy).
En Quijano existen dos plantas de ácido bórico (la otra es Borax Argentina, del poderoso grupo Río Tinto). Ambas violan las normas de protección del ambiente. Los obreros contraen enfermedades profesionales y, además, sufren accidentes graves por las malas condiciones de seguridad en las plantas y el aumento en los ritmos de producción.
En el departamento Los Andes se han denunciado 200 despidos en los emprendimientos mineros. Siguiendo los pasos de los obreros de la Santa Rita, los trabajadores de Manufactura de los Andes (de los mismos dueños de Santa Rita) hicieron un paro y están movilizados, reclamando el encuadre en el convenio químico. Acompañamos este proceso para que lleguen a una victoria. Pues es parte también de nuestra lucha.
Los gobiernos de Quijano y de Salta son cómplices de estas empresas. Nada hicieron para frenar los despidos. Nada harán para frenar la contaminación.
No a la planta de acido sulfúrico en Quijano. Prohibir los despidos y suspensiones. Por una comisión de control con poder de policía para controlar la seguridad y el impacto ambiental de las empresas, formada por vecinos y trabajadores.
Que la crisis la paguen los capitalistas.
