Políticas

13/7/2017

Caos del “súper miércoles” en La Plata: si hay miseria, que se note


El día miércoles, la provincia de Buenos Aires, y en particular la ciudad de La Plata, fueron el escenario de un hecho que trascendió en el escenario político nacional. Motivados por una promoción de "reembolso" del 50% en una compra hasta $3.000, impulsada por el Banco Provincia, decenas de miles de personas se dirigieron a los supermercados.


 


El mayor impacto lo causó, sin dudas, lo ocurrido en el mayorista Nini de La Plata.


 


Las colas para ingresar comenzaron a la madrugada. Ni siquiera la apertura anticipada del comercio pudo reducir un caudal de personas que superó, en todo momento, las cinco cuadras de fila. Dentro del mayorista, las colas para abonar en la caja rondaron las seis horas.


 


El caos fue generalizado. La gente dejaba sus autos incluso sobre ramblas y rotondas cercanas, lo que derivó en decenas de multas realizadas por el municipio, que utilizó la situación para aumentar su recaudación a costa de los trabajadores que cuentan cada centavo para llegar a fin de mes.


 


Llegada la noche, el comercio decidió cerrar sus puertas, dejando a cientos de clientes adentro durante horas, mientras una multitud aún esperaba del otro lado para ingresar.


 


El motivo del caos, está claro, no fue el "furor por una promoción", como tituló el oficialista Clarín. Por el contrario, estamos ante un hecho que vuelve a poner sobre la mesa, de forma muy nítida, la crisis social que atraviesan los trabajadores. La pelea por llegar a fin de mes llegó al punto de que muchos optaron por tomarse el día en el trabajo para dar, durante una jornada completa, una suerte de lucha física por conseguir un reembolso de $1.500 en la compra de alimentos.


 


Está claro que los tarifazos en los servicios, el aumento indiscriminado en los precios de los alimentos y las paritarias a la baja son los factores que acrecentaron este “furor”. En definitiva, la carestía cada vez mayor tiene como principal responsable al gobierno de Macri y su plan de ajuste, que desde que asumió a la fecha empujó a un millón y medio de trabajadores a la pobreza.


 


Pero frente a la demagogia que plantean –y plantearán– los candidatos “opositores” en campaña, en particular los de la Unidad Ciudadana, no podemos olvidar el papel que han jugado como cómplices del ajuste desde la asunción del nuevo gobierno hasta la fecha, porque  le votaron más de cien leyes al macrismo en el Congreso. Donde podían “ponerle un freno al ajuste”, no hicieron más que convalidarlo.


 


La salida a esta situación creciente y alarmante no se encuentra entre los que gobiernan y gobernaron para salvaguardar los intereses de los capitalistas. El Frente de Izquierda, en contraposición a ellos, tiene el gran desafío de utilizar la campaña electoral como un factor de organización de miles de trabajadores, mujeres y jóvenes detrás de un programa de salida propio a esta crisis.


 


Vamos por un salario mínimo igual a la canasta familiar; por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, para enfrentar los despidos y suspensiones; por el pase a planta permanente de todos los precarizados y el fin del trabajo en negro; Por el pase a planta y la estabilidad de quienes trabajan con planes sociales en los municipios, con un ingreso equivalente al salario mínimo; por el 82% móvil para los jubilados y un aumento de emergencia de la jubilación mínima.


 


La aguda crisis nacional exige, más que nunca, una alternativa política con una estrategia de transformación social dirigida por los trabajadores.