Políticas

12/8/2010|1141

Capitalismo sin red

La crisis capitalista mundial ha entrado en su cuarto año. La desocupación ha crecido en forma monumental en todo el mundo –cincuenta millones de trabajadores más en la calle.

El capital ha conseguido un rescate con dinero de los contribuyentes y con la superexplotación de los países del llamado tercer mundo.

Como consecuencia de esto, han estallado grandes huelgas en China; hace diez días que se desarrolla una insurrección de trescientos mil obreros textiles en Bangladesh.

El miércoles 11, sin embargo, las bolsas volvieron a derrumbarse, después de una pérdida del 40% del valor tope al comienzo de la crisis.

Las que más perdieron fueron las grandes industrias: Alcoa, del aluminio; Caterpillar, que produce para la construcción y la minería; la aeronáutica Boeing; Unilever, para consumo personal.

El dólar volvió a desplomarse y retornó la fuga de capitales en los países periféricos.

¿Las causas de todo esto? El anuncio de que caen el consumo y la producción en China, es una. La otra, que el derrumbe financiero que afectó a Estados Unidos en 2007 se aproxima también para China. La tercera, que la Reserva Federal de Estados Unidos anunció un nuevo rescate de la economía menor al que se considera necesario.

Pero un nuevo rescate masivo provocará una huida mundial contra el dólar.

China y Estados Unidos se han acoplado para detonar la debacle.

Estados Unidos ha ingresado en la deflación (caída de precios), como consecuencia de un derrumbe estructural del consumo, fundamentalmente, debido a la desocupación.

La deflación baja ganancias y aumenta despidos, además de que incrementa el valor real de las deudas, las que sin embargo ya nadie podía pagar.

Por eso, las grandes caídas han afectado a las industrias.

La perspectiva de que Obama recurra de nuevo a una gigantesca emisión de moneda ha derrumbado al dólar.

El derrumbe internacional se replicó en Argentina, a pesar del aumento del precio de los alimentos – el cual ha servido también para precipitar esta nueva crisis, pero a cierto plazo será afectado por una sobreproducción.

La Presidenta, en este contexto, le pide a los ‘empresarios’ a que “piensen con sus bolsillos”, mientras los ‘opositores’ reclaman ‘enfriar’ la economía que se enfrenta de nuevo a una sacudida internacional.

La humanidad se encuentra ante un cruce de caminos: o mayor barbarie social por el camino actual, o una salida de la mano de otra clase social, que apunte a otro objetivo social –el gobierno de los trabajadores, el socialismo.