Políticas

2/3/2020

Capitanich dio un discurso funcional al plan de ajuste

Sobre la #AperturadeSesiones en el Chaco

Diputado del Partido Obrero

El gobernador del Chaco volvió a la carga de la municipalización de la salud y educación llamándola descentralización. Bajo el argumento de que "hay que confiar en los municipios", oculta que los municipios no pueden costear los fondos para el mantenimiento edilicio de hospitales, centros de salud y escuelas, pero también, pretende garantizar a los intendentes el sistema de clientelismo, violencia y manipulación. 


Dentro de su discurso de generalidades dijo que la aplicación del 33% del presupuesto para Educación tal como lo establece la constitución provincial será de manera "gradual", esto significa no cumplirlo, los fondos que le faltan al presupuesto educativo son los que la provincia destina al pago de la deuda pública que son $11.000 millones de pesos. Desde el Partido Obrero sostenemos que esta deuda debe ser investigada y que la prioridad debe ser la educación.


¿En qué mundo vivirá el gobernador que dice que se congelaron precios y tarifas? Sin ir más lejos, la semana pasada, subió el transporte público y los directivos de Sechep ya anunciaron que subirán las tarifas. Con salarios que rozan la indigencia, las familias chaqueñas no pagan las facturas de luz (dos boletas al mes) y agua porque implican alrededor del 70% de sus ingresos, además de que los servicios son completamente ineficientes.

Sobre los impuestos es importante señalar que no existe diferencia alguna entre Capitanich y el intendente de Resistencia Gustavo Martínez que atacan a la clase trabajadora para hacer pasar el ajuste, los tarifazos y las altas subas impositivas. En su discurso de apertura, el gobernador intimó a los municipios para que persigan a los ciudadanos a pagar los impuestos, en caso contrario, será la provincia quien se haga cargo de hacerlo. En consonancia con el ataque que vienen sufriendo los vecinos resistencianos que han presentado recursos de amparo contra las exorbitantes sumas impositivas impuestas por el municipio capitalino.


Mientras tanto en los hechos concretos y sin tanto discurso, la clase obrera chaqueña sigue con salarios miserables, no hubo aumento para los estatales, congelaron los pases a planta y sólo para los docentes se mantuvo la cláusula gatillo trimestral pero no recuperaron ni un solo peso del salario perdido años anteriores, y a pesar de las promesas que eternamente escuchamos gobierno tras gobierno no se reactiva un plan de vivienda que genere trabajo y solucione el problema habitacional.  No necesitamos más leyes, necesitamos salarios que cubran la canasta familiar, trabajo, vivienda, salud y educación. El plan de gobierno consiste en todo lo contrario y para ello busca el consenso con el objetivo de modificar la carta magna.


El discurso de Capitanich va en sintonía con el plan de ajuste nacional que, a pesar de sus discursos progresistas, priorizan el pago de la deuda externa fraudulenta y usuaria a costa de ajustar sueldos, desfinanciamiento de educación y la salud, aumentar la desocupación y el clientelismo.


En un país donde lo manejan los monopolios, el gobernador quiere hacer pasar un contrabando ideológico,  hablando del federalismo; y tras cartón, dice que no va permitir que los porteños  nos sometan a las provincias. El enfrentamiento para nosotros no son los porteños contra los chaqueños, o los chaqueños contra los paraguayos. Para nosotros los chaqueños, los porteños, paraguayos y todos los trabajadores tenemos un enemigo en común que son los gobiernos radicales, peronistas, representantes de los monopolios, la explotación y del FMI.


Es fundamental entender que el acuerdo social que nos condena a la miseria, avalado desde la burocracia sindical y las iglesias, podemos echarlo por tierra con la lucha en conjunto de las y los trabajadores de la educación, estatales, precarizados y desocupados para que el pueblo chaqueño no pague la crisis. Los trabajadores no podemos esperar que la heladera se llene mágicamente, es necesario desarrollar asambleas en cada lugar de trabajo para organizar un plan de lucha que ponga de manifiesto las necesidades más sentidas de la clase obrera del Chaco.