La dirección nacional del Frepaso ha salido a defender el acuerdo electoral del Frepaso y la UCR con el Partido Renovador del ‘procesista’ y menemista Ulloa, en Salta, frente a la rebelión que ha provocado en las filas del Frepaso. El encargado de reivindicar la alianza con el gobernador salteño de Videla y Massera fue nada menos que Dante Caputo, el canciller alfonsinista que ‘emigró’ de la UCR al Frepaso en la búsqueda, dijo, de ‘otra forma de hacer política’.

En unas declaraciones imperdibles, el canciller alfonsinista atacó a “los que quieren hacerse los finos”. “Deberían pensar —les advirtió— si quieren ganarle al actual gobernador justicialista Romero” (El Cronista, 4/7).

¿Pero es ‘finura’ o un grado elemental de principios políticos –que están ausentes en la dirección frepasista– lo que lleva a gran parte de sus militantes a oponerse al acuerdo con el representante salteño de Videla, Massera y Pío Laghi? Atención tucumanos: ¿si mañana Bussi estuviera en la oposición, Caputo, el Chacho Alvarez y la Meijide, no podrían también llegar a un acuerdo con él para ‘ganarle a un gobernador justicialista’? Porque no hay que ser muy ‘fino’ para darse cuenta que entre el salteño Ulloa y el tucumano Bussi no hay ninguna diferencia esencial.

La hipocresía de Caputo llega al máximo cuando dice que “la decisión la debe tomar la gente de Salta”, cuando es sabido que Chacho Alvarez tuvo que viajar personalmente a Salta para imponer allí la alianza decidida en Buenos Aires y debió ser protegido por la policía porque los propios militantes del Frepaso salteño se lo querían comer crudo.

¿‘Otra forma de hacer política’? Después de haberle otorgado un ‘indulto’ político al procesista Ulloa, Caputo y la dirección del Frepaso pretenden ponerle un ‘punto final’al debate interno e imponerles la ‘obediencia debida’ a sus militantes.