Políticas

29/7/2021

Carolina Losada, candidata de JxC en Santa Fe: “los chicos sueñan con ser narcos o sicarios”

¡Con los pibes no!

Carolina Losada saltó de la pantalla de TV porteña a las listas de Juntos por el Cambio en Santa Fe, para lanzar su campaña caracterizando que “sobre todo” en la provincia “los chicos sueñan con ser narcos o sicarios “. Para sacarse el peso de semejante afirmación, imputó a supuestas madres la preocupación.

Losada no conoce los sueños de las pibas y pibes de la clase trabajadora y tampoco a sus madres, básicamente porque no tiene ningún contacto con ellxs. No trabaja en ninguna escuela, ni club, ni tiene actividad territorial alguna. Sin trayectoria política ni militante, lanzó un berretín que combina lo más rancio de la estigmatización de la juventud pobre, en sintonía con la línea represiva que tendrá Cambiemos como eje electoral en Santa Fe.

Solo un día antes, otro rancio -el concejal rosarino “Charly” Cardozo del PRO- agitó un proyecto contra los cortes de calles en el marco de la jornada de lucha del Polo Obrero y el Frente Piquetero que los medios titularon “la izquierda reclama comida para los barrios”. Algo que no era estrictamente cierto, pero sí respondía a la actividad que desde el Partido Obrero estamos realizando contra el hambre y la miseria, organizando los barrios y también esa enorme movilización que ganó el centro de Rosario.

Gobernaron y nos hundieron

El 30% de las personas entre 18 y 24 años en Santa Fe están desocupadas. Entre ellas, el 70% tuvo un trabajo previo que, en el 75% de los casos, fue informal. Es decir, en su enorme mayoría los desocupados de hoy son los precarizados de ayer.

Entre los asalariados jóvenes, el 64% no está registrado. O sea, 6 de cada 10 jóvenes que trabajan están negro. Esto es ausencia de derechos laborales y salarios por fuera de convenio, cuando los conveniados en su enorme mayoría tampoco cubren la canasta familiar, que ya supera los $100.000.

La situación santafesina es peor que la nacional: “Los jóvenes de la provincia de Santa Fe que no estudian, ni trabajan, ni buscan trabajo alcanzan al 26% de la población de 18 a 24 años. En el total nacional este porcentaje alcanza al 16%” (Ministerio de Trabajo de Santa Fe, reporte 2018). En Rosario, el desempleo de la juventud de entre 19 y 29 años explica la mitad de la desocupación total.

Según informa el INDEC, el desempleo afecta más a los jóvenes argentinos que a los adultos, ya que 2 de cada 10 jóvenes no tienen trabajo “la tasa de desempleo en los jóvenes más que duplica a la de la población adulta y viene ampliándose desde 2004”. Otro informe del CIPPEC señala que “Argentina es el país con mayor desempleo juvenil de la región”.

Además, la juventud que proviene de hogares con menores ingresos es la que tiene más dificultades de encontrar trabajo, por tener niveles educativos menores y menos recursos para salir a buscar trabajo. Mientras más necesitás menos tenés, esa es la lógica del mercado laboral capitalista.

Saber, querer, poder

Frente a este cuadro calamitoso, las redes delictivas y de narcotráfico penetran con mayor facilidad, siempre organizadas desde el poder del Estado, con la policía a la cabeza. La falta de trabajo, de salario, de vivienda, de estudios y de una perspectiva de futuro es el terreno putrefacto en el que se produce la cooptación de “soldaditos”. Un proceso social concreto que nace de las condiciones materiales de existencia que Cambiemos destruyó para la clase trabajadora bajo su gestión, con la complicidad del peronismo.

Para que Losada se informe debería hablar con la juventud, que sueña con ser enfermera, kinesiólogo, psicólogo, escritor, tener un negocio por cuenta propia, jugar al básquet o al fútbol, entre infinidad de sueños que parten de tener ingresos para poder vivir dignamente y disfrutar con amigues las alegrías de la vida.

Las declaraciones de la periodista expresan sus propios prejuicios de clase y su programa de gobierno, que parte de la criminalización de la juventud y el reforzamiento del aparato represivo contra quienes se levanten para enfrentar este cuadro de cosas. En definitiva el lugar de un potencial sicario es la cárcel, no la escuela, ni el club ni el barrio.

No tienen nada para ofrecer, porque son parte del problema. Como me dijo un pibe en la escuela hoy, “ojalá no la vote nadie”.