Políticas

14/6/2001|710

Carta de “pepe” Barraza

La justicia invertida

Señor director:


Un analista político, de ésos que abundan, cuyos comentarios son tomados como muy serios, se congratuló por el accionar de la “Justicia” en la última semana. Tomó dos sucesos y los vinculó para mostrar que la “señora de los ojos vendados” está en camino al sitial de imparcialidad que debe tener.


Nada más lejano a la realidad. Vincula la detención del ex presidente Menem con la del “piquetero” José Barraza.


Cualquiera podría decir que no se puede comparar lo que le ocurre a una figura como el doctor con la de un desconocido “activista” de un lejano rincón del país. Y claro, no se puede comparar a una figura que aumentó su patrimonio desde 1 millón (cuando ingresó al gobierno) hasta la sideral suma calculada entre 4 mil millones a 6 mil millones cuando terminó su mandato; digo, no se puede comparar con el piquetero desconocido, que puede ser Alí, Barraza, Castells o cualquiera de los 2.800 luchadores procesados que hay en todo el país.


Las cosas están en orden inverso a la forma en que se las quiere mostrar. Los luchadores, aunque no ganamos miles de dólares, aunque no ganamos nada material, ganamos el derecho a levantar nuestro grito de protesta ante tanta injusticia.


Ganamos la satisfacción de ver la alegría de nuestros compañeros, de sus familias, cuando conquistamos algo, aunque sean sólo paliativos.


Precisamente por decir en un acto popular o en una radio, o en cualquier medio, que lo que hoy existe en nuestro departamento se logró por la acción de los desocupados, por decir que “nuestros representantes” son un cero al cociente porque no lograron nada para el departamento, nos rotulan como sediciosos.


Basta revisar cada una de las actas acuerdos, desde el ‘97 a la fecha, todo fue conseguido por los piqueteros.


Desde los miles de planes Trabajar, pasando por la obra pública, los puentes, las redes de gas, los bolsones, el aumento a 2,50 pesos en las petroleras y cuántas cosas más. Todo fue conseguido por la lucha de todo el pueblo con su vanguardia, los piqueteros.


Así como este comentarista, algunos se alegraron por nuestro encierro. Estoy seguro que son más los que nos acompañan. A cualquier luchador. De cualquier parte. Llámese como se llame. Puede ser piquetero, fogonero, luchador, etc.


Los que imparten justicia se aferran bien a los dictados de la “señora de los ojos vendados” que de tanto tiempo que lleva vendada se quedó ciega.


¿Es justo, es justicia, que mueran 55 chicos por día y que los culpabl es estén sueltos?


¿Es justo, es justicia, que los niños en todas las localidades coman en los basurales y que los culpables estén sueltos?


¿Es justo comparar el encierro de Menem con el de cualquier luchador? Menem no está preso.


Sin embargo, en mi caso, debo decir que sólo encerraron mi cuerpo; mi alma, mi pensamiento está y estará siempre en cada puesto de lucha. Con cada uno de los compañeros. Podrán encerrarnos, podrán desaparecernos, pero sólo somos una parte ínfima de la masa que se rebelará contra la injusticia. Un Estado represor debe tener una estructura que convalide tal opresión, en esa estructura están los Romero, los De la Rúa, los Menem y la estructura jurídica.


No soy delincuente, podré perder el trabajo y cosas materiales, pero no acepto el rótulo de delincuente, no perderemos jamás la disposición a la lucha.


Tampoco perderemos la lucha.


Silvia Romero (rubricó en presencia la carta que lleva la firma de José ‘Pepe’ Barraza)


(*) Nota aparecida en El Diario de Salta (12/6)