Políticas

15/12/2016

Casi seis de cada diez trabajadores tienen un empleo precario

Una política consciente del macrismo y los K


Más del 54% de los trabajadores del país está actualmente ocupado en condiciones de precariedad laboral, lo que supone, mayoritariamente, no estar registrado en la seguridad social (es decir no contar con aportes jubilatorios ni de obra social) y trabajar en negro o con contratos temporales sin estabilidad. Los que se encuentran sin aportes al Sistema de Seguridad Social han pasado del 47,7% de los trabajadores ocupados en 2010 al 50,6% en 2015, para subir al 51,3% en 2016.


Los datos surgen de un relevamiento realizado por el Observatorio de la Universidad Católica Argentina (UCA), conocido hoy donde, asimismo, se destaca que en 2010 la precariedad alcanzaba al 50,6% y en 2015, al 52,5% del total de la fuerza laboral, lo que muestra la continuidad existente entre el kirchnerismo y el macrismo en este proceso sistemático de degradación del tipo de empleo.


A la luz de estos datos, la campaña del gobierno –acompañada por la oposición patronal- sobre la necesidad de bajar aún más el “costo laboral” trasluce la intención de la burguesía de colocar a todo el movimiento obrero en condiciones de precariedad.


Es que los trabajadores precarizados tienen un “costo laboral” menor al apenas 41,3% de empleados con plenos derechos (inscriptos en la seguridad social y con empleo estable), computado en el tercer trimestre de este año y que, según el mismo informe de la UCA, descendió del 43% que había alcanzado en el 2015 y eso “se debió al fuerte incremento” del “subempleo inestable”.


En el Gran Buenos Aires, el territorio de gobierno de María Eugenia Vidal donde se encuentra la mayor concentración obrera del país, el problema se agudiza aún más. De un 38,6% de empleos plenos en 2010, se cayó al 33,7% en 2015 para volver a caer en 2016 a apenas el 32,4% en el tercer trimestre de este año, es decir que casi el 70% de los trabajadores del cordón que rodea a la Ciudad de Buenos Aires, tiene un trabajo precario. Un retroceso de décadas en la estabilidad laboral y en las condiciones de empleo.


Y en el GBA fue también mayor el incremento de la desocupación, ya que pasó del 9,7% en 2015 al 11,2% en 2016.


Según indica el informe, también “se confirma una caída del empleo pleno, incluso del empleo precario, teniendo como correlato un aumento en el subempleo inestable y en la tasa de desempleo”. Las personas ocupadas en trabajos temporarios o changas de baja remuneración subieron del 15,6% al 18%, en un contexto donde también aumentó la desocupación del 9,4 al 9,9 por ciento.


Frente a este brutal proceso de reducción en la cantidad trabajadores convencionados, de tan fuerte golpe a conquistas históricas de los obreros argentinos, la burocracia sindical de todo pelaje ha mirado para otro lado y jamás ha levantado el reclamo de la liquidación del trabajo en negro y de la precarización laboral.


El movimiento obrero debe enfrentar esta tendencia a la degradación de las condiciones de vida y de trabajo y a desarticular la defensa organizada de los reclamos. El clasismo levanta el reclamo del pase a planta de los precarizados. Es una batalla fundamental no solo para este sector de trabajadores, sino para unificar al conjunto de la clase obrera.


El próximo 20, el clasismo levantará esta bandera en la marcha a Plaza de Mayo.