Políticas

8/9/1994|427

Castigo a los asesinos y a los encubridores

A fines de junio se conoció la sentencia en el 2º juicio oral a los policías que asesinaron a los jóvenes Aredes, Argañaraz y Olivera, en lo que se conoce como Masacre de Budge. ¡Les dieron 11 años de prisión! Como el fallo fue apelado en virtud del juicio anterior y por la calificación del hecho en esa oportunidad: ¡¡los policías Balmaceda, Miño y Romero están en libertad!!


Como dijo la mamá de uno de los muchachos : “Esto es una burla a los padres”, “¿Esto es una condena?”.


Es así compañeros. Esta sentencia está inscripta en un operativo (cada vez más evidente para la población), dirigido a dar impunidad y encubrimiento a las “fuerzas de seguridad” encargadas de reprimir a la juventud y a las barriadas obreras.


Y Budge lo sabe, y mucho, así se suceden los “operativos” contra los jóvenes, la represión que sufrió el barrio cuando se movilizaba pidiendo el puente peatonal, los aprietes que son constantes, etc.


Pero no es sólo Budge el lugar donde quieren impunidad, allí está el asesinato de Omar Carrasco, ocurrido en el mismo batallón donde hacía la colimba. También en este caso tratan de desviar la investigación, “deslindando responsabilidades”, para que ni siquiera los llamados “perejiles” (sean suboficiales del ejército o, en nuestro caso, de la policía de la provincia), queden presos por los asesinatos que cometieron. Pretenden así salvaguardar a la totalidad del aparato represivo, para utilizarlo contra los trabajadores y en especial contra la juventud que se rebela contra este régimen opresor.


La masacre de Budge, el asesinato de Omar Carrasco, así como el crimen de Wálter Bulacio, tienen un común denominador: el ataque a la juventud para intimidarla. Hoy más que nunca, debe estar presente la consigna de luchar por el “JUICIO Y CASTIGO A LOS ASESINOS Y ENCUBRIDORES”, y el método es el que ya nos ha dado resultado: La organización y la movilización.