Políticas

20/4/2000|663

Cavallo e Ibarra coinciden en privatizar el Banco Ciudad

Como ocurrió con otros bancos provinciales, el Banco de la Ciudad también fue objeto de un vaciamiento. Bajo la administración De la Rúa, en Capital, el Banco tuvo que salir al mercado internacional en procura de salvataje. El Lloyds Bank de Inglaterra le otorgó un préstamo de 200 millones de dólares con la garantía de bonos… emitidos por el Gobierno de la Ciudad. Es decir, que el desfalco fue bancado por el presupuesto público. Al poco tiempo, ingresó en la Legislatura un proyecto de ley que habilitó la privatización de hasta el 49% del capital del Banco y que admitió su gerenciamiento en manos privadas. Esta combinación de mayoría estatal y manejo privado permite que el Banco preserve como clientes a la recaudación tributaria, los depósitos del Poder Judicial y el Legislativo. Es este inmenso potencial de captación de fondos el que podría ser entregado a algún pulpo financiero internacional, comenzando por el Lloyds.


El Banco de la ciudad “shopping”


La privatización del Ciudad está ligada a los planes de nuevos Puerto Madero o Abasto que se planifican en la zona Sur, porque se harán con sus recursos. El boom financiero y turístico que prometen los candidatos capitalistas se haría ¡con la plata de los propios contribuyentes!


Pero el vaciamiento del Banco se completa con la liquidación de las conquistas laborales de los trabajadores. Las recategorizaciones anuales se han terminado, rige el más duro congelamiento salarial y las bajas de la planta permanente sólo se completan con contratados o pasantes. El convenio ha sido reemplazado por la polifuncionalidad de tareas, o la completa desjerarquización. Las vacaciones se han acortado. Mientras tanto, se destinan recursos a costosas remodelaciones para ‘vestir’el paquete de la privatización.


Nuestro programa


El Partido Obrero denuncia el desfalco de los capitalistas y sus partidos contra el Banco y su privatización, y reclama que se abran las cuentas del Banco Ciudad, se investiguen los negociados de la última década y se coloque el conjunto de su operatoria bajo el control de los trabajadores.