Políticas

27/5/1999|628

Central de Trabajadores, no sucursal de la Alianza

Esta es la disyuntiva que enfrentan los delegados que se reunirán el fin de semana en Mar del Plata en el congreso de la CTA.


El congreso deberá discutir la ‘problemática del trabajo’, como si el responsable de la desocupación fueran los trabajadores y no el capital. Es el capital, sin embargo, el que no puede asegurar su sobrevivencia ni su reproducción sino explotando en forma creciente a la fuerza de trabajo, destruyendo sus conquistas y fomentando la competencia entre los obreros, o sea la desocupación.


Se discurrirá sobre el ‘trabajo’, pero no sobre un plan de lucha y una huelga general para imponer que los desocupados sean tomados por los patrones con la simultánea reducción de la jornada laboral.


El tema del ‘trabajo’ servirá para evitar el debate sobre la situación política, que se caracteriza por el hecho de que dos coaliciones o partidos antiobreros monopolizan el proceso político. Los dirigentes de la CTA ya hicieron su elección cuando, en 1997, oficiaron de casamenteros entre el Frepaso y la UCR. Entre los candidatos de la Alianza figuran numerosos dirigentes de la CTA.


El ‘trabajo’ será el pretexto para no decirle francamente a los trabajadores que esos partidos son sus enemigos. Se hablará así del trabajo para reforzar la dominación política de su contrario, el capital.


Los dirigentes de la CTA proclaman su intención de ‘acumular fuerzas’ en una central obrera ‘autónoma’, pero no se acumulan fuerzas sin planes de lucha ni se conquista la autonomía mediante el apoyo vergonzante a la Alianza.


Pero hay una salida. Un desarrollo clasista de la CTA sería un gran paso adelante para todos los trabajadores.


Para eso, proponemos:


1. Aprovechar el recule de Menem, la bancarrota del ‘modelo’ y la creciente lucha popular para votar un plan de lucha. Este plan deberá ser propuesto al MTA. Por un inmediato aumento de salarios, por la reincorporación de los desocupados con la reducción de la jornada laboral y por la ruptura de los pactos de ‘recortes’ e ‘impuestazos’con el FMI. Por la satisfacción de estas reivindicaciones necesitamos preparar la huelga general.


2. Denunciar que Duhalde y la Alianza son las patas de este sistema de hambre, por lo que ningún trabajador debe confiar en ellos o apoyarlos. Reivindicar la autonomía de la CTA como un proceso político de diferenciación de los partidos que expresan los intereses capitalistas contrarios a los de los trabajadores.