CFK en Cuba: "En el mejor momento y lugar"

La oposición patronal fue unánime al criticar a Cristina Kirchner por visitar Cuba en el mismo día que Obama asumía la presidencia norteamericana. Pero la Presidenta no viajó sola a Cuba: la acompañaron 80 empresarios, como parte de un operativo continental que se propone “reintegrar a Cuba a América Latina”. En los últimos meses, estuvieron en Cuba los presidentes de Panamá y Ecuador; en las próximas semanas llegará la chilena Bachelet. No van de vacaciones.

Los acuerdos económicos firmados por CFK -como los que firmaron los otros presidentes- no sólo representan “buenos negocios”. En diciembre pasado, Raúl Castro participó en la cumbre de países latinoamericanos en Brasil, donde firmó la adhesión de Cuba al “grupo Río”. “El gobierno cubano está muy conforme y entusiasmado con su nuevo rol en el plano regional, que implica su integración en foros de discusión internacionales y un renovado acercamiento con países como Argentina, Chile o Brasil”, reseñó un corresponsal (Página/12, 19/1). “Tal vez pueda leerse como un primer paso hacia cambios más profundos en la isla”, completó otro.

El “grupo Río” pretende convertirse en una espcie de “OEA Nº2”; ya había jugado ese papel en ocasión de la crisis entre Colombia, Venezuela y Ecuador por el asesinato del dirigente de las Farc, Raúl Reyes, en territorio ecuatoriano. En aquella oportunidad, el “grupo Río” sirvió para que Chávez y Uribe (y en menor medida Correa) arribaran a un acuerdo.

El director de orquesta de toda la operación es Brasil, o más precisamente Lula, con el respaldo del gobierno norteamericano.

Funcionarios de la cancillería argentina recordaron que “el estatuto del Grupo Río habla de la democracia en la región” (Página/12, 19/1). Rafael Rojas, un historiador cubano residente en México, muestra todo el juego al decir que “cuando Washington regrese a la región, el tema de Cuba reaparecerá en buena parte de los intercambios con las cancillerías latinoamericanas y, probablemente, veremos con mayor claridad el aspecto democratizador de la nueva diplomacia regional” (Ñ, 31/1). Los regímenes del continente apuntan a actuar como ‘mediadores’ de una ‘normalización’ de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba (y a obtener una ‘remuneración’ por esa intermediación).

La “integración” de Cuba a América Latina apunta a promover la restauración del capitalismo en la isla. La dirección cubana ha replicado, sin éxito, el “modelo chino” de asociación entre el Estado y los inversores externos. La impasse económica de Cuba se ha reforzado como consecuencia de este fracaso.

Cristina Kirchner lo explicó cuando declaró, en La Habana, que “desde la perspectiva regional (…) se necesitará coexistir con formas de gobierno que no necesariamente sean iguales” (La Nación, 21/1), pero con objetivos estratégicos comunes: la defensa del capital.

Cristina Fernández viajó a La Habana como parte de una estrategia continental pactada con el imperialismo. Estuvo “en el mejor lugar, en el mejor momento” para mostrale a Obama cuán útil puede ser el gobierno argentino en esta tarea.

Luis Oviedo